Actividad industrial que está obligada a cuidar el medio ambiente
La concienciación ciudadana es la punta de lanza que presiona a la Administración para reducir a la mínima expresión la contaminación propia de la actividad industrial. En Jaén, la industria aceitera forma parte del paisaje de la provincia y los humos y olores que genera están ligados a una sociedad que entiende que es el producto estrella de su economía, pero que, cada vez más, está concienciada en que el sector también debe cuidar los procesos de producción para generar menos residuos y para que se haga un uso correcto del material de desecho.
La Junta de Andalucía avanzó, ayer, que aumentará el número de medios técnicos para controlar la calidad del aire en Villanueva del Arzobispo. Unas medidas que empezaron a corregir la contaminación del aire en 2002 y que en los últimos años redujeron de manera ostensible los índices de partículas en suspensión que produce la actividad de la orujera. La sustitución de combustible, el traslado de las instalaciones y las medidas correctoras de chimeneas son algunas de las acciones que tanto en este municipio como en otros de la provincia se realizan para disminuir la contaminación. No obstante, a pesar de los avances todavía queda mucho trabajo por hacer y la crisis económica no puede ser excusa para reducir controles o para instar a las empresas a las medidas correctoras necesarias. La industria del ladrillo, en Bailén, tuvo que hacer un notable esfuerzo para corregir la alta tasa de contaminación que producía. La modernización de las instalaciones y de los procesos de trabajo fueron fundamentales para adecuar la fuerte industria bailenense, hoy en horas bajas por la caída de la construcción, a los parámetros de calidad medioambiental que exige tanto la Unión Europea como el protocolo de Kioto. Ahora, además, en el caso concreto del olivar, la Administración subvenciona traslados y mejoras.