Acepta dos años de cárcel por atropellar a un joven en Huelma
Rafael Abolafia/Jaén
Baltasar J. M., un veinteañero de Huelma, aceptó una condena de dos años de cárcel por intentar matar a otro joven en un atropello. El tribunal le aplicó las atenuantes de embriaguez y arrebato para dejar el castigo en el mínimo posible. De este modo, el acusado evita entrar en prisión.
Baltasar J. M. reconoció los hechos que le imputaba la Fiscalía. Es decir, que, en la madrugada del 14 de enero de 2007, arrolló a un vecino del pueblo con el que había discutido momentos antes. Fue a la salida de un pub del pueblo. En la calle, la víctima y el acusado discutieron. Ya se llevaban mal de antes, al parecer, por cuestiones de política. Esa noche todo explotó. Tras las palabras subidas de tono, Baltasar J. M. cogió el coche de su padre. Arrancó el vehículo, dio marcha atrás para coger carrera y, “chirriando las ruedas”, se dirigió a toda velocidad contra el joven con el que había discutido. Ayer, Baltasar J. M. reconoció que lo hizo “de manera inesperada, con la finalidad de atropellar y con evidente desprecio hacia la vida e integridad de los usuarios de la vía pública”.
El joven pudo evitar la embestida saltando por encima del capó. No obstante el coche, fuera de control, colisionó contra una vivienda en la que había tres personas, una de ellas discapacitada. La fachada quedó destrozada por el impacto y los moradores resultaron heridos leves.
Fue un juicio, cuanto menos, atípico. El acuerdo estaba hecho antes de entrar en la sala de vistas de la Audiencia. El fiscal había accedido a rebajar su petición de castigo, dada la conformidad mostrada por el acusado. Así, de los cuatro años y dos meses que solicitaba en principio, el Ministerio Público estaba dispuesto a dejar la pena en sólo dos años de cárcel.
Responsabilidad civil
Sin embargo, quedaba que los magistrados dieran su visto bueno al trato y dirimir el fleco de la responsabilidad civil. Por mucho que se intentó, no fue posible cerrar el acuerdo totalmente. Así que hubo que celebrar el juicio. Baltasar J. M. alegó en su defensa que tenía problemas psicológicos por su pasado como legionario y que esa noche sufrió una crisis de ansiedad: “Me quedé como bloqueado. No sabía lo que hacía”, argumentó. Además, alegó que la víctima lo había insultado previamente y que se puso delante cuando salía con el coche. Así, el juicio transcurrió durante más de dos horas. En un descanso, las partes volvieron a hablar y fue entonces cuando alcanzaron un acuerdo, según ratifican varias fuentes judiciales cercanas al caso. El fiscal pidió dos años de cárcel para Baltasar J. M. por delitos de homicidio en grado de tentativa, conducción temeraria y desobediencia (no se quiso hacer la prueba del alcohol). El acusado también hará frente a la responsabilidad civil, aunque deberá ser la Audiencia la que fije la cantidad de las indemnizaciones a los perjudicados.
Baltasar J. M., un veinteañero de Huelma, aceptó una condena de dos años de cárcel por intentar matar a otro joven en un atropello. El tribunal le aplicó las atenuantes de embriaguez y arrebato para dejar el castigo en el mínimo posible. De este modo, el acusado evita entrar en prisión.
Baltasar J. M. reconoció los hechos que le imputaba la Fiscalía. Es decir, que, en la madrugada del 14 de enero de 2007, arrolló a un vecino del pueblo con el que había discutido momentos antes. Fue a la salida de un pub del pueblo. En la calle, la víctima y el acusado discutieron. Ya se llevaban mal de antes, al parecer, por cuestiones de política. Esa noche todo explotó. Tras las palabras subidas de tono, Baltasar J. M. cogió el coche de su padre. Arrancó el vehículo, dio marcha atrás para coger carrera y, “chirriando las ruedas”, se dirigió a toda velocidad contra el joven con el que había discutido. Ayer, Baltasar J. M. reconoció que lo hizo “de manera inesperada, con la finalidad de atropellar y con evidente desprecio hacia la vida e integridad de los usuarios de la vía pública”.
El joven pudo evitar la embestida saltando por encima del capó. No obstante el coche, fuera de control, colisionó contra una vivienda en la que había tres personas, una de ellas discapacitada. La fachada quedó destrozada por el impacto y los moradores resultaron heridos leves.
Fue un juicio, cuanto menos, atípico. El acuerdo estaba hecho antes de entrar en la sala de vistas de la Audiencia. El fiscal había accedido a rebajar su petición de castigo, dada la conformidad mostrada por el acusado. Así, de los cuatro años y dos meses que solicitaba en principio, el Ministerio Público estaba dispuesto a dejar la pena en sólo dos años de cárcel.
Responsabilidad civil
Sin embargo, quedaba que los magistrados dieran su visto bueno al trato y dirimir el fleco de la responsabilidad civil. Por mucho que se intentó, no fue posible cerrar el acuerdo totalmente. Así que hubo que celebrar el juicio. Baltasar J. M. alegó en su defensa que tenía problemas psicológicos por su pasado como legionario y que esa noche sufrió una crisis de ansiedad: “Me quedé como bloqueado. No sabía lo que hacía”, argumentó. Además, alegó que la víctima lo había insultado previamente y que se puso delante cuando salía con el coche. Así, el juicio transcurrió durante más de dos horas. En un descanso, las partes volvieron a hablar y fue entonces cuando alcanzaron un acuerdo, según ratifican varias fuentes judiciales cercanas al caso. El fiscal pidió dos años de cárcel para Baltasar J. M. por delitos de homicidio en grado de tentativa, conducción temeraria y desobediencia (no se quiso hacer la prueba del alcohol). El acusado también hará frente a la responsabilidad civil, aunque deberá ser la Audiencia la que fije la cantidad de las indemnizaciones a los perjudicados.