Aceituneras altivas de Jaén

Andaluzas de Jaén, aceituneras altivas y hartas de sentirse ninguneadas por el mero hecho de ser mujer. En saco roto cae el movimiento feminista que vio la luz en el siglo XVIII cuando llega el momento de la verdad y tienen que escuchar lindeces del estilo: “si cobraras menos que un hombre, te contrataría”. Así se sienten las olivareras de El Condado, que son testigos impotentes de cómo la crisis y la mecanización las expulsa, en el sentido más literal de la expresión, del campo. No son palabras al aire, algunas verdades vienen reflejadas en las últimas cifras del paro.
El cacareado descenso del desempleo en la provincia, con 7.682 demandantes menos, evidencia la realidad de que Jaén vive de su mar de olivos, pero solo algunos. Ni tan siquiera un cuarto de estos nuevos empleos son mujeres, tan solo 1.533, frente a los 6.149 hombres. Es lo que denuncian las condatenses, que, a pesar de sentirse amenazadas y de poner en peligro el tajo de sus maridos e hijos, han decidido alzar la voz. Lo hacen en todos los foros, porque quieren trabajar. Sin embargo, su grito es acallado por el silencio persistente de las organizaciones.

    04 dic 2015 / 17:56 H.