Accidentado atraco a una gasolinera torrecampeña

Todo fue muy extraño al principio, relata. Lo primero que hizo fue simular que tenía una pistola, moviendo la mano dentro de una riñonera. “Pensé que era un amigo de mi compañera con una broma”, relata. Incluso el cliente que estaba en la caja, justo al lado del ladrón, se reía. Los semblantes cambiaron cuando el asaltante sacó un cuchillo que, para David, tenía unos 50 centímetros de largo. Fue entonces cuando se puso junto a su compañera, detrás del mostrador, y la otra persona que había en la tienda, al que el ladrón trató de retener, se apartó a toda prisa.

Ante la amenaza, el empleado del negocio tomó el extintor y llegó a rociar en la cara al caco en varias ocasiones, como relata. El intruso, muy nervioso, llegó a situarse junto a la caja y recogió las monedas y los billetes que había en el cajón, una cantidad todavía sin determinar. La compañera, en esos momentos, no dejaba de pulsar el botón de la alarma. “La Guardia Civil tardó muy poco, pero es que todo fue muy rápido, apenas estuvo dentro unos dos minutos, se tenían que haber teletransportado para llegar a tiempo”, deja claro David, todavía nervioso por lo ocurrido. Los agentes de la Benemérita comenzaron la búsqueda del sospechoso de inmediato, del que se cree que huyó a pié. Para ocultar su rostro, iba con un gorro de lana y una bufanda y solo se le veían los ojos, como relatan los que lo vieron en la gasolinera.

Al cierre de esta edición, todavía no había sido detenido. La zona en la que ocurrió el atraco es muy transitada, además, todo ocurrió a plena luz del día, por lo que fueron muchos los vecinos que se enteraron de lo ocurrido a los pocos minutos. El negocio continuó abierto con normalidad, después de que la Benemérita acudiera a la gasolinera para recoger los primeros datos. La grabación de las cámaras de seguridad pueden ser clave para descubrir al ladrón. Se baraja la posibilidad de que el autor sea vecino del municipio, aunque la Guardia Civil mantiene silencio sobre la investigación.