Abrir camino para poder mandar en el mundo del aceite

No es novedad que el futuro del zumo de aceituna está en el exterior, pero a veces los datos sorprenden y sirven para abrir los ojos al oleicultor que todavía viva anclado en el pasado. El gigante asiático abre sus brazos al virgen extra como un producto de lujo, fuente de salud, y las últimas cifras oficiales recogen que invierte 184 millones de dólares, 132 de euros, en comprar aceite de oliva en el extranjero, una cifra que supone un incremento cercano al diez por ciento con respecto al ejercicio anterior. El repunte es progresivo si se tiene en cuenta que hace diez años, en 2004, China solo se gastaba en este concepto un millón de dólares. El avance es espectacular pero aún puede serlo mucho más y ahí la provincia juega un papel primordial, ya que en la actualidad produce casi la cuarta parte del aceite que se consume en el mundo entero. El calificativo de despensa del aceite no es baladí. Ese as hay que saber manejarlo y jugar con él para coger algún día, y de una vez por todas, la sartén por el mango en el sector. Resulta vergonzoso que el mayor productor del planeta ande sujeto a las directrices de otros países con menos peso específico de aceite y olivar. Resulta capital para el sector, hoy más que nunca, marcarse retos en la comercialización como garantía de futuro y de expectativas de crecimiento y solo con esa bandera se podrán coronar las metas. 

    26 mar 2014 / 23:00 H.