Abreviar para confundir

A veces, cuando uno está oyendo la radio o viendo la televisión le parece imposible que sea verdad lo que la gente está diciendo; no ya porque sean asertos sin pies ni cabeza, que también hay muchos, sino por la manera de utilizar la lengua con palabras extrañas que solo entienden los que están jugando a ese juego de hablar en jerigonza. Y los hay que escriben en la prensa y meten sus inventos con denuedo pensando que están a la última en eso de expresarse requetebién en castellano. Se tiende a la palabra más larga, que parece que da más lustre. Un concurso de piano es pianístico, ya se sabe, pero hay que tener ganas de complicarse la vida. Siguiendo ese patrón, cuando sea de violín lo llamarán “violinístico”, de guitarra guitarresco, y ya se pueden imaginar. Más sencillo es referirse a un concierto de arpa, de fagot o de jazz sin hacer semejantes cabriolas. Para otros locutores, la temperatura al aire libre la marcaba un termómetro “callejero”, como si fuera un perro que anduviera de acá para allá, pensando que si está en la calle es callejero y santas pascuas; un automovilista se encontraba en estado “etílico”, que por sí mismo solo significa que tiene que ver con el alcohol y no que estuviera bajo los efectos del mismo; y de una cantante afirmaban que era una de las artistas más “remezcladas”. Aseguran que han hecho gazpachos y salmorejos con ella continuamente. Lo que hay detrás de este desatino es que se ha convertido la palabra inglesa “remix”, coger una canción y darle otra forma o mejorar la calidad, en “remezcla”, para los más osados. Pero aplíquese a la música, no a las personas. En sendos documentales, las rapaces volvían a sus territorios “alimenticios”, después de alguna excursión fuera. No se comen esas aves las piedras ni los árboles, sino que acudían a donde tenían presas para cazar, que es diferente. De Francisco Franco se recordaba “la pasión “cinéfila” del dictador”. Solo era afición por el cine, en todo caso. Lo mejor para el final: un grupo de amigos, después del trabajo, hicieron una comida “paellística”. Juro que es verdad. 

    16 jun 2014 / 22:00 H.