A vueltas con el tranvía
No vamos a cambiar nunca. No nos hemos quedado a gusto con años de trifulcas, obstáculos, zancadillas y demás variopintas vicisitudes que tuvimos que aguantar los ciudadanos con el museo íbero para que ahora tengamos que sufrirlo, de nuevo, con el tranvía. Dice el dicho que quien no conoce su historia está condenado a repetirla.
Se ve que aquí nos olvidamos demasiado rápido de nuestra historia más reciente y que caemos una y otra vez en los mismos errores. Debe ser eso porque, de lo contrario, díganme cómo es posible lo que está aconteciendo ahora con el tranvía. Es lamentable todo lo que está sucediendo y cada hecho, que de por sí parece ya insuperable, se supera con el siguiente. Que no es bastante con tener la ciudad patas arriba ni gastarse cien millones de euros pues ahora un juez suspende las pruebas con viajeros, se le corta la luz y los alumnos del curso de conductor se quedan sin terminar el curso y sin trabajo. Los vagones duermen el sueño de los justos mientras los políticos se ponen de acuerdo en ver quién paga lo que cuesta el tranvía al año. Es evidente que para cada una de esas cuestiones hay argumentos pero no es de recibo que una infraestructura que ha costado cien millones siga parada y que unas personas que creían haber encontrado una oportunidad de trabajar ahora paguen los platos rotos de los políticos. Se podrá estar a favor o en contra de la necesidad del tranvía y de la oportunidad de hacerlo, o de todo lo que se quiera, pero creo que el sentido común indica que el tranvía no puede estar parado por más tiempo. Por encima de todo, son cien millones de euros de todos los ciudadanos y con eso no se puede jugar. Parece lógico que un equipo de gobierno nuevo quiera que se atienda de manera preferente lo que le interesa pero también es plausible que no se puede tirar tanto dinero a la basura y que no se puede jugar a tapiar todo lo hecho por el anterior equipo de gobierno, sobre todo cuando hablamos de tanto dinero, y echar la llave al río. Dice el alcalde que él y el PP no querían tranvía y que el pueblo les ha votado en parte por eso. Puede que sea verdad pero creo que es igualmente cierto que entre esos votantes no debe haber muchos que estén a favor de dilapidar cien millones de euros. Parece que el anterior equipo de gobierno ya ha pagado con la oposición y sería bueno que no se nos hiciese pagar a los ciudadanos con la pérdida de tanto de nuestro dinero. Al igual que tampoco se puede jugar con el pan de las cincuenta personas que han hecho un curso que les proporcionaba, tal y como les prometieron, un trabajo a treinta de ellos y una validez al curso para todos. No se puede decir ahora que en marzo quizá, si gana el PP, como ha hecho el alcalde. Eso demuestra que le interesan poco los problemas actuales que tienen los ciudadanos y que no han hecho nada por merecer ese trato.
José Valero es periodista