A por la segunda fase del comedor de Cáritas
Cáritas Interparroquial continúa inmersa en la búsqueda de recursos económicos para continuar con las obras de la segunda fase del Comedor Social de San Agustín, que abrió sus puertas hace unos meses. “Estamos a ver si recogemos el dinero suficiente para comenzar las intervenciones, aunque ya por las fechas en las que estamos seguramente esperemos a Navidad”, explicó el responsable de la instalación, José Antonio Sánchez. En concreto, y como ya han comentado en diferentes ocasiones desde la organización, la inversión necesaria rondaría los seis mil euros, aproximadamente.
Lo que queda pendiente es la adecuación de la planta superior de las instalaciones, y de hecho hay una parte que ya está efectuada. Así, entre otras cuestiones los trabajos se centrarían en terminar de poner las luces, pinturas, puertas, estanterías y demás. “En definitiva, acondicionar un poco aquello”.
Lo que queda pendiente es la adecuación de la planta superior de las instalaciones, y de hecho hay una parte que ya está efectuada. Así, entre otras cuestiones los trabajos se centrarían en terminar de poner las luces, pinturas, puertas, estanterías y demás. “En definitiva, acondicionar un poco aquello”.
La intención, según explicaron recientemente desde el colectivo, es ubicar en las instalaciones, una vez que esa segunda fase concluya, un par de aulas “y hacer como una especie de centro de día, donde, cuando ya tengamos personal, se pueda impartir algún tipo de formación”.
Mientras tanto, el funcionamiento del comedor es óptimo desde su apertura, de tal manera que se cumplen los compromisos de atención para los usuarios de Cáritas Interparroquial. “Ahora estamos un poco más apretados por la llegada de trabajadores temporeros, sobre todo por las noches, pero tenemos capacidad de resolver la situación”, concreta José Antonio Sánchez.
La inauguración oficial corrió a cargo del obispo de Jaén, Ramón del Hoyo, que reconoció en ese momento que las instalaciones con las que contaban no eran lo dignas que deben ser hoy en día, mientras que también Rafael López, director de Cáritas Diocesana, aseveró que lo más gratificante era saber que tenían un lugar que merecía la pena y que las personas que atienden estaban respetadas y a gusto.