A la espera del nuevo análisis
Trihalometanos. O algo así. Es la palabra que más se intenta pronunciar en las últimas horas en El Condado. Esta sustancia química es la responsable de que los más de 20.000 vecinos de la comarca, de siete municipios, no puedan beber agua del grifo desde el jueves por la tarde, cuando saltó la alarma de que su concentración en el agua era superior a los límites permitidos y saludables. Salud la declaró como “no apta” y prohibió su consumo. Y con la medida preventiva, volvieron las tan familiares cisternas a las calles de El Condado. La resignación de unos vecinos que sufren problemas con el abastecimiento desde hace más de veinte años se palpaba. No es de extrañar que muchos tengan en casa sus propios depósitos.

Mientras, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir buscaba la solución. Así lo detalló el subdelegado del Gobierno, Juan Lillo: “Las medidas correctoras consistentes en la dosificación de permanganato potásico y reducción de la concentración de cloro con objeto de garantizar la reducción de los niveles de trihalometanos”. Esta sustancia, de hecho, se genera durante la desinfección del agua, debido a la reacción del cloro con la materia orgánica. El problema fue que los límites de concentración máximos, fijados por el Real Decreto 140/2003, se habían superado.
También informó de que, a lo largo de la mañana de hoy, se limpiará el depósito de agua tratada con el objetivo de recuperar cuanto antes los niveles de los depósitos municipales, especialmente en Navas de San Juan. De esta forma, Lillo “espera” que con la aplicación del permanganato potásico y el resto de medidas, los índices normales se recuperen en los próximos días y los análisis que se efectúan así lo confirmen.
Y si todo va bien, probablemente, podría ser esta misma tarde. El alcalde de Santisteban del Puerto, Juan Diego Requena, adelantó que se habían tomado varias muestras que “a lo largo de la mañana del sábado —hoy—, se analizarán en un laboratorio de Granada”. De esta manera, por la tarde, se podría saber si ya se puede beber agua del grifo.
Navas de San Juan, por su parte, es el municipio afectado con más población. En este caso, su alcalde, Joaquín Requena, indicó que la imagen que la comarca ofrece, con los camiones cisterna, es “tercermundista”. Además, remarca que esta situación llega justo cuando los vecinos celebran este fin de semana las Fiestas del Emigrante: “Esto hace que el daño sea mayor, ya que hay más turistas”.
dimisión. En el caso de Castellar, el reparto de agua se realizó desde tres puntos. Allí, el portavoz del PSOE local, Pedro García, pidió la dimisión del concejal de Comunicación, José Antonio López. En su escrito, asegura que “el Ayuntamiento castellariego no ha informado a los vecinos hasta las once de la mañana del viernes”, más de 12 horas después de conocerse que el agua no se podía beber.
Por su parte, el alcalde de Chiclana de Segura, Santiago Rodríguez, destacó que la carpa municipal fue el lugar elegido para ubicar el camión cisterna. Además, Rodríguez cargó contra la Subdelegación: “No nos ha informado para nada”, remarcó.