9.587 embajadores de Jaén repartidos por el mundo

Pepi Galera
Es curioso, pero con el paso del tiempo y la distancia, podría   creerse que vas perdiendo tus raíces y olvidando los detalles, pero no es así, cada vez  tienes todo más presente, te enorgulleces más de tu cultura, de tus costumbres, de tu Jaén y los momentos que puedes disfrutar cuando hay vacaciones y llegas a tu ciudad, se disfrutan con un mayor y quizás mejor sabor.

    25 oct 2009 / 10:57 H.

    Cada vez te vuelves más jiennense”, son palabras de Susana Cámara, una joven que lleva algo más de cuatro años en El Salvador, pero son aplicables a muchos de los 9.587 nacidos en la provincia que residen por todo el mundo. Idea que refuerza Salvador Valenzuela que, en sus más de 50 años en Argentina, conserva muy dentro su tierra y se siente muy de aquí: “No puedo evitar que se me salten las lágrimas cuando tengo contacto con alguno de mis paisanos”. Son estos los embajadores de su tierra que, en la mayoría de los casos, la dejaron para buscar un mejor futuro laboral. Muchos tuvieron suerte de encontrarlo y, a su vez, construir una familia en torno a él, por lo que les resultó más difícil, cuando no imposible, volver atrás y aún hoy giran la mirada a su tierra desde sus peculiares “exilios” voluntarios. 
    Desde los años 60 hasta bien entrados los 80, fueron millones los españoles que emigraron a una Europa más desarrollada para conseguir dinero que puntualmente remitían a sus hogares. Uno de ellos fue el valdepeñero Antonio Collado Jiménez, que se marchó en la década de los ochenta a Suiza, lugar en el que aún reside 30 años después. “La posibilidades de trabajar allí eran más atractivas”, asegura. “Durante los primeros años que residí en Basilea, había muchísimos más españoles y, sobre todo, andaluces por esta zona. Con el tiempo, todos han vuelto junto con sus familias a sus raíces. Algo que yo haré también en cuanto me jubile, porque como la tierra de uno no hay nada”, relata el jiennense.
    Ahora, a pesar de que la situación económica y las oportunidades son más parecidas entre unos y otros países, son también muchos los jóvenes que “hacen las maletas” para lanzarse a la aventura. Aprender idiomas necesarios en un mundo cada vez más globalizado, adquirir conocimientos en otras universidades o, simplemente, probar suerte para “conocer” otras culturas parecen ser los argumentos que cargan en sus maletas. La mayoría, al igual que pasó generaciones atrás, se quedan en Europa. No es gratuito que sea el continente con más residentes de origen jiennense, con una cifra que roza los 6.500, según datos a 1 de enero de 2009 del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero, del Instituto Nacional de Estadística (INE). Por países, Francia y Alemania están a la cabeza. Ejemplo de ello sería el pintor Esteban Ruiz, que, una vez terminados sus estudios de Bellas Artes, se lanzó a forjarse una carrera a la capital francesa, todo un referente en arte contemporáneo.
    Entre los jóvenes que buscan mejorar su formación en otras universidades, por ejemplo, más de 500 estudiantes de la Universidad de Jaén visitarán durante este curso alguna institución académica extranjera. Estos no se cuentan en el padrón de españoles del INE, puesto que son residencias temporales, pero sus estancias quizá sean el germen que un futuro les dará “pie” a volver a estos países una vez finalizados sus estudios.
    Un motivo más que suma jiennenses repartidos por el mundo son las labores humanitarias de las misiones y la cooperación internacional. Sus destinos, como es obvio, son países en vías de desarrollo en América del Sur, Centroamérica y África, continentes que agrupan a más de 2.500 jiennenses residentes en sus países. Esta es una vía que, en la mayoría de los casos, tiene que ver más con la realización personal que con la profesional. Caso de Susana Cámara, responsable de la Oficina Técnica de El Salvador en la Agencia Española de Cooperación Internacional: “Actualmente la mayor diferencia con mi periodo laboral en empresa privada es que no trabajo para vivir, sino para disfrutar de mi vida, ya que pienso que existe un valor añadido muy grande y muy gratificante cuando trabajas en temas de cooperación en países en desarrollo”.
    Jaén, su gente, sus paisajes, sus costumbres y, en definitiva, su cultura sigue teniendo un importante hueco en su memoria. A la hora de pronunciarse por lo que más extrañan no lo dudan: la familia, los amigos, el mar de olivos y, cómo no, el aceite.