50 años en un suspiro

Medio siglo de vida que pasa en un abrir y cerrar de ojos. Antes, cuando miraba a la gente de 50 años veía la vejez, las arrugas en la piel, el final del camino. Los 50 los veía como una cifra inalcanzable, propia de personas más fáciles de calificar de “abuelos” que de “padres”. Pero hoy, 1 de agosto, tú cumples cinco décadas. Tan solo pensarlo me embriaga una sensación de vértigo.

    31 jul 2014 / 22:00 H.

    Y te miro, pero no veo la sombra de la vejez en tu rostro, te veo muy lejos de ser llamado “abuelo” y muy cerca de sentirte en lo que os gusta repetir a los de tu quinta como “flor de la vida”. Hoy por fin lo he entendido, lo de que os empeñéis en autoconvenceros de las ventajas de la mediana edad. No es necesario autoconvenceros porque tenéis toda la razón (aunque, seguramente, nunca sea capaz de admitírtelo a la cara, ya sabes, cosas de la edad). He tenido la oportunidad de verte a través de los ojos de aquellos que te acompañaron mucho antes de que yo llegase a tu vida, y tan solo he apreciado admiración, respeto y cariño. Súmale mi orgullo y tus ganas de seguir aprendiendo y ya tienes tus cinco décadas. Y todas las que te quedan.