40 días y 40 noches

Desde Jaén. Hoy que tanto se habla en términos religiosos con la visita del Papa a nuestro país, quisiera hacer un símil y poder explicar el sentir personal y particular de 40 días y 40 noches. Los semitas, cuenta la historia que utilizaban los números para transmitir ideas, mensajes o claves y que para ellos el número 40 tenía un valor simbólico de “cambio”, siempre para mejorar, de un periodo a otro. Curiosamente, Moisés, estuvo 40 días en el Monte Sinaí y el profeta Elías peregrinó 40 días hasta llegar allí.

    27 ago 2011 / 10:15 H.

    Noé estuvo con su arca padeciendo el diluvio universal que duró 40 días y 40 noches, Jesucristo ayunó durante 40 días, el pueblo de Israel estuvo 40 años viviendo en el desierto y curiosamente a partir de los 40 días empezó a caer el Maná del cielo como sustento, para poder seguir luchando por sus ideales y para salvar a su pueblo. Todos estos datos nos llevan a un final feliz, que cuenta la historia religiosa, después de tantos malos momentos y tantas calamidades pasadas en la mayoría de los casos citados. Hoy, quién nos lo iba a decir, llevamos los 145 extrabajadores de Primayor, 40 días y 40 noches acampados en la puerta de la Delegación del Gobierno de Jaén, tirados en la calle, malviviendo, sin descansar y luchando incansablemente por lo que consideramos que es nuestro y para que se cumplan unos acuerdos firmados, que en su día unos políticos que fueron elegidos democráticamente y que supuestamente están ahí para representar y defender a Jaén y a sus gentes, deberían de cumplir. 40 días y 40 noches en los que a diferencia de lo religioso, aquí no llega el maná de la información, no nos merecemos ni tan siquiera eso, una información directa y real, de cómo están las cosas, qué se habla, qué se negocia, qué se busca, qué soluciones hay, qué futuro nos espera, qué soluciones reales y necesarias se van definitivamente a dar a tantas familias que otra vez están a expensas de vivir a costa de la pensión de sus padres o del dinero prestado de los hijos, hermanos o amigos. Desde el pasado día 17 de agosto cuando acabaron los cursos de formación, muchos de nuestros compañeros quedan en el total desamparo, sin poder tener paro ni prestación del subsidio y sin ingreso alguno en sus casas. Mientras tanto, esos políticos democráticos pasan sus vacaciones pagadas de verano, felizmente con sus familias, (por cierto pagadas también con nuestros impuestos), sin preocuparse por ni tan siquiera dar la cara de por qué han cumplido tan “escrupulosamente” en “recolocarnos” en los jardines de la Delegación del Gobierno. Es verdaderamente penoso ver cómo 145 personas con sus respectivas familias, con más de 30 años trabajados, cotizados y pagando impuestos se ven totalmente desamparados, sin futuro y sin  nadie que los defienda. Hipotecas, letras de coches y pagos de todo tipo. Les puedo asegurar, muy a pesar de todo, que han pasado a un segundo término, porque lo que ahora prima es poder vivir el día a día y sacar a la familia adelante como quiera que sea. Ojalá que esos 40 días y esas 40 noches, supongan como en el aspecto religioso un cambio radical de un periodo oscuro a otro en el que prevalezca la luz de la verdad y de las soluciones reales a un problema que ya dura más de 4 años y que hay que acabar con él de una manera definitiva por el bien de todos. Nosotros seguiremos otros 40 días y otros 40 más si hace falta, pues los primeros 40 días del “cambio” ya los hemos alcanzado, ahora solo faltan las soluciones para poder materializarlas en el papel y en los hechos.
    José Manuel López Granados