22-M vs 15-M

Populus locutus”. No, no es que el pueblo está loco. Si no me falla la memoria —que puede ser—, y aún me quedan algunos conocimientos de mis años de estudiante de latín, es algo así como que “El pueblo ha hablado”. Como demócrata que soy lo acepto. Pero no lo comparto. No siempre el pueblo tiene razón. Y creo que esta ha sido una de ellas.

    06 jun 2011 / 11:52 H.

    El pueblo hemos vuelto a confundir lo que nos interesa y debemos defender en unas elecciones municipales, que era de lo que se trataba en el pasado 22 de mayo,  con lo mismo, pero a nivel nacional. Y han castigado duramente a un partido —el actual en el gobierno—, en beneficio de otro —el actual en la oposición— que aun a pesar del tiempo transcurrido hasta hoy, no ha dicho cómo salir de la crisis; ni presentado una alternativa a ese gobierno; ni cómo hacer para que el paro vuelva a los niveles en los que estaba y mejores; ni qué hacer para que España, por oscuros intereses exteriores, deje de recibir los ataques externos a los que se nos está sometiendo vía económica: el último con la llamada crisis de los pepinos. Solo ha sabido gestionar los tiempos y “sacar tajada” de la situación de crisis mundial. Ese es su rédito electoral. Hemos confundido la política municipal, con lo que es la política a nivel nacional. Pero no quiero ocupar más tiempo, ni espacio en analizar lo que ya no tiene remedio, porque me interesa más lo sucedido unos días antes con el llamado movimiento del 15-M. Tienen desde el primer momento todo mi apoyo y admiración. Apoyo porque todo lo que defienden es lo que muchos llevamos escribiendo, denunciando y defendiendo desde hace ya tiempo, algunos. Hasta el nombre de la plataforma es acertado. Democracia, sí; pero real. No lo que tenemos de momento. Incluso en alguna tertulia se ha empezado a hablar de antiguo régimen, para referirse al modo, formas y maneras de gobernar antes de este movimiento. Porque de seguir así —y ojalá continúen— se convertirán en una plataforma ciudadana que puede hacer que las cosas cambien, obligando a nuestros gestores y políticos a tenernos más en cuenta y no gobernar y gestionar de espaldas al pueblo que los elegimos. Son personas normales, liberales y conservadores, católicos y no católicos. Y ahora copio y pego: “todos estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros, etcétera. Por la indefensión del ciudadano de a pie”. Para mí ha sido una bocanada de aire fresco, un rayo de esperanza, que tiene la misión de ser nuestra conciencia social, política y económica que con sus actividades, manifestaciones, existencia y presencia puede hacernos cambiar nuestras ideas, actuaciones e inercias haciéndonos madurar política, social y moralmente. Y, sobre todo, las de nuestros políticos y gestores. Así sea.

    Francisco José Campaña es maestro