El camino de las emociones
La Hermandad del Rocío de Jamilena llega a la aldea a Almonte
Dicen que hay que ir al Rocío alguna vez en la vida, que lo que allí se vive se queda grabado para siempre. De eso saben mucho los hermanos de la corporación del Rocío de Jamilena que, el pasado jueves, se encontraron con su hermandad madrina, la del Rocío de Córdoba, en Villamanrique de la Condesa, Sevilla. Un momento muy emotivo que suponía el inicio del recorrido hasta la ermita de Almonte, (Huelva). Realizaron así lo que se llama la Raya Real, el último día de camino en consonancia con sus hermanos cordobeses. El destino lo alcanzaron el viernes hacia las seis y media de la tarde para hacer la entrada a la aldea del Rocío por el famoso puente del ajoli. Pero la cosa no acabó ahí. El fin de semana tuvo un poco de todo, desde los tradicionales actos religiosos como la presentación ante la Virgen o la misa y el rezo del rosario del domingo hasta la convivencia y porqué no, la alegría y desconexión entre amigos y hermanos en la casa de hermandad en la que se alojan.
“Son unos días para fortalecer y estrechar los lazos de la hermandad así como para compartir y sumar momentos todos juntos”, segura Jaime Castillo, vocal de la hermandad. Son treinta y cinco los que este año se han sumado desde la agrupación de Jamilena a este deseado acontecimiento que supone el encuentro de miles de devotos en Huelva y que hizo que los jiennenses sumaran un momento único.