Distinción para una virgen

La talla de Santa María de las Navas, nombrada académica perpetua

19 nov 2016 / 11:14 H.

La Academia Internacional de Ciencias, Tecnología, Educación y Humanidades de Valencia y su junta de gobierno concedió el título de “académica honoraria perpetua” a María Santísima de las Navas de Santa Elena, patrona de la Orden de Caballeros Ballesteros de las Navas de Tolosa y de la Vera Cruz del rey Fernando III de Santa Elena. Por tal motivo, los caballeros y ballesteros, encabezados por el presidente de la orden y barón del Pardo, Nicolás Callejas y Sánchez, se desplazaron hasta el Monasterio de San Miguel de los Reyes, en Valencia, para recoger el correspondiente título, así como la insignia y medalla que le corresponden a tenor del estatuto de la academia. Cabe destacar que Nava Redonda, Nava del Rey, Nava los Lobos, Nava la Vaca... son parajes naturales antiguos de Despeñaperros. De estos toponímicos tomó su nombre la célebre Batalla de las Navas de Tolosa, una contienda entre el cristianismo y la religión mahometana dirimida en julio de 1212, con la victoria de los ejércitos cristianos.

Fueron estas tierras de caballeros donde, durante mucho tiempo, campeó como una catequesis la imagen tallada en madera de una Virgen madre, sentada en su trono, que presenta a su Hijo, el Rey de Reyes, y en su mano muestra el triunfo del Árbol de Salvación, la Santa Cruz.

Explica esta orden de caballeros que llegaron tiempos en los que la razón de la conciencia cívica fue envuelta en violencia, con el sufrimiento y el daño colateral de una imagen que transmitía amor. Otro daño colateral fue el hambre de la población, que fue saciado por dicha advocación mariana en varias ocasiones.

Durante un tiempo, la talla estuvo abandonada en una esquina polvorienta, lo que propició aún más su deterioro. Una familia caballeresca del Reino de Valencia, los Selfa, rescató aquella imagen, la cual se llevó por varias ciudades hasta recalar en la Bretaña francesa. Pero un mandato del rey Alfonso VIII transmitido a su nieto Fernando III y este a sus caballeros que permanecían en las Navas, ordenaba proteger santos lugares y a peregrinos de la morisma peligrosa y malos cristianos. Los Caballeros de la Santa Cruz se trasladaron a Francia donde les fue donada la imagen por la familia Selfa.