Cien años rodeado de amor

Miró su tarta de cumpleaños y, al trasluz de las velas, por un instante, rememoró algunos de sus recuerdos más entrañables. Era la primera vez que soplaba un número de tres dígitos. De esta manera, Pedro Benito Arroyo, natural de Torredelcampo, cumplió cien años. Rodeado de familia y algún amigo, este jiennense, afincado en Valencia, emigró junto a su hijo, cuando este tenía 14 años, para buscar trabajo fuera de Andalucía. La suerte no le sonrió pero, al pasar por Valencia, ambos encontraron aquella oportunidad laboral que tanto ansiaban. “Una vez que se asentaron en la ciudad, se llevó a mi abuela y a mi tía a vivir con él. Nos dio aquí un buen hogar”, explica Concepción Arroyo, su nieta.

Aunque su abuelo es ya un hombre muy mayor, su nieta asegura que está bien de salud y que el siglo que cumplió es algo que no le podrá quitar nadie. Pedro añora con nostalgia y emoción su pueblo y, aunque hace años que no va a visitarlo, allí aún tiene sus raíces y a una parte importante de sus parientes más cercanos, algunos de los cuales no quisieron faltar a esta celebración de la vida que tantas alegrías le ha dado a este torrecampeño centenario.