“Una persona entrañable y entregada a los demás”

Era una religiosa cercana que vivía por profunda vocación sus votos y la entrega a los demás. Nacida en la capital peruana al convertirse en tomar los hábitos trinitarios adquirió el nombre de sor María Purificación Bairo Flores. Llevaba mucho tiempo en Alcalá la Real, donde era un referente en el convento de Nuestra Señora de los Remedios, situado en la Fuente del Rey. Como una de las más veteranas del cenobio servía de guía a sus compañeras. Siempre afable y entrañable, en una de sus salidas participó en la puesta de largo del edificio de la Trinidad, un inmueble levantado sobre los restos del edificio en el que, hasta el primer tercio del siglo XX, estuvo la comunidad religiosa que le dio nombre, a solo unos metros de la Fortaleza de la Mota. La religiosa, pese a su avanzada edad, sobrellevaba con dignidad sus achaques. Sin embargo, hace unos días se cruzó en su trayectoria vital el letal coronavirus que, a la postre, acabó con su existencia, repartida entre dos continentes.