“Un hombre humilde y con proyección de futuro”

23 dic 2019 / 08:00 H.
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Una pérdida irreparable para el municipio alcaudetense, para Jaén y para todo Andalucía. Eso es lo que supuso el fallecimiento de Alejandro Rosales, un hombre fuerte, con proyección de futuro y que, de un pequeño taller de carpintería, logró crear casi un imperio económico. Suena a película, pero así es. Rosales emigró muy joven a Cataluña y creó este pequeño taller, que luego enfocó en el sector de los muebles modulares. Así se fundó Alvic, en 1965, que pronto se convirtió en sinónimo de innovación y de calidad. Dos características esenciales que él se encargó, a lo largo de toda su vida, en dejar presente en los diferentes trabajos que realizaba. Precisamente, eso es una de las cosas que más destacaban de él: su capacidad de trabajo con una mente privilegiada para hacer negocios. Rosales regresó a su municipio natal en 1982, donde recordó y dejó presente, una vez más, que el dinero no lo es todo y que siempre hay que tener presentes de dónde se viene, o lo que viene a ser lo mismo, los orígenes. Y más si estos son humildes. Que decidiese volver a Alcaudete supuso un gran impulso económico para el municipio, donde creó más de trescientos empleos. De hecho, prueba de la gran labor que realizó por la ciudad, es que fue reconocido con la Medalla de Oro de la Villa de Alcaudete y que da nombre a una de sus calles. También destaca su vinculación con la cofradía de Nuestra Señora de la Fuensanta, en la que también fue presidente. Pero, sobre todas las cosas de las que he hablado, quiero destacar la que considero más importante: era una buena persona que siempre trató de enseñar y disfrutar de las cosas buenas de la vida. Lo dicho, una pérdida irreparable que dejó huella en todos aquellos que tuvieron el placer de compartir momentos con él y conocerle.

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