“Todo lo que enseñaste, estará con nosotros”

24 abr 2020 / 08:00 H.
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Horas antes de la triste noticia de su muerte, me sentí muy apenado por el devenir de una persona buena y entrañable, Manuel Arroquia Martínez. Días atrás me había enterado de que, hallándose ingresado, le habían trasladado de la UCI a una planta del Hospital Neurotraumatológico de la capital jiennense.

Don Manuel Arroquia era profesor de Matemáticas. A muchos os habrá dado clase. Y digo Don (lo que a los más modernos y liberales quizá no guste) porque Don significa señor, y él lo era. Desde hace 10 meses que murió su esposa, María Gámez Carmona, estaba sumido en una gran depresión.

Su hijo lo encontró en unas circunstancias duras para un familiar cercano. Ha permanecido varios días en la UCI, diagnosticado de un cuadro infeccioso vascular. Al ser considerado su estado irreversible, y posible positivo a covid-19, lo dieron por irrecuperable.

Me decía un exalumno suyo y ahora buen veterinario de Jaén, que era aquel que los sábados quedaba desinteresadamente con sus estudiantes, daba igual su clase social.

Les compraba previamente churros y él mismo se los llevaba, y les daba clases de apoyo para reforzarles las matemáticas, su materia. Así era mucho más difícil suspender. Y también no quererle.

Es una noticia muy triste. Que tengáis un buen día, y por favor no aplaudáis a las ocho de la tarde, sería más sensato salir todos a la calle portando bata blanca, pantalla, mascarilla y guantes, y pedir responsabilidad a los que en algo, sin duda, son protagonistas.

Un abrazo multitudinario, y especialmente a cuantos le queríais, que erais todos.

En estos momentos difíciles que estamos viviendo, nos llega la muy triste noticia del fallecimiento de un gran amigo y compañero: Manuel Arroquia Martínez, toda una institución en el mundo docente, en su Instituto de Enseñanza Secundaria “Virgen del Carmen” y en nuestro sindicato ANPE. Sabemos que estas palabras no le hubieran
gustado mucho, pues fue un hombre sencillo, que nunca buscó protagonismo, persona muy cercana y asequible,
siempre dispuesto a atender a cualquiera que necesitara
algo de él. Matemático, aunque él decía siempre “que no, yo no soy matemático, soy
solo profesor de matemáticas”, sabía unir perfectamente su actividad profesional a una
entrega casi paternal hacia sus alumnos. Así lo atestiguan millares de ellos. Compañeros y padres también destacaron siempre su ejemplar dedicación. Todavía se le recuerda, pues es difícil de olvidar, no solo por su labor docente,
sino, también, por los años que ejerció la Jefatura
de Estudios del citado e histórico instituto.

Con su esposa, María, a quien perdió hace poco, víctima también de otra cruel enfermedad, formaba una pareja ideal, como profesionales, ella también profesora de matemáticas, como matrimonio, como padres y como amigos.

Se unió pronto a ANPE, cuando se preparaban las primeras elecciones sindicales para el personal docente. Perteneció, a raíz de ello, a la Junta de Personal desde su primera constitución y durante varios años. También en nombre del sindicato fue vocal del Consejo Escolar Municipal de la ciudad de Jaén. En ANPE fue miembro de su Consejo Sindical Provincial y del Comité Ejecutivo, ocupando, incluso, la vicepresidencia provincial. También ostentó diversos cargos representativos a nivel regional y nacional.

Cuantos hemos trabajado con él, disfrutamos haciéndolo y compartiendo no solo la tarea profesional y sindical, sino, sobre todo, una sincera y entrañable amistad.

Manolo, nos has dejado prematuramente, de forma física, pero siempre estarás con nosotros en nuestros corazones. Tú no desaparecerás jamás de nuestro entorno, nos acompañarás siempre, te recordaremos permanentemente. Tu
afabilidad, tu compañerismo, tu sencillez, tu disposición, tu saber hacer, tu amistad, en definitiva, quedará en nosotros mientras vivamos. Que Dios, a quien tanto amaste, te haya acogido ya en su Morada, y que de fuerzas y aliento a tu hijo para seguir adelante, y a quien enviamos, con un fuerte abrazo, nuestra más sentida y sincera condolencia. ¡Hasta siempre, Manolo!

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