Un ángel vuelve al cielo

15 abr 2020 / 08:00 H.
Ver comentarios

Hace solo unas horas nos ha dejado, María de los Ángeles Malo Carrizo, nuestra querida tía María, miembro de la Institución Teresiana y profesora, durante un largo periodo, del Colegio Pedro Poveda de Jaén, una persona que podríamos caracterizar con múltiples palabras, tantas como sus muchas cualidades, pero de entre las que destaca su gran bondad.

A edad temprana decidió formar parte de la comunidad teresiana, iniciando así una vida dedicada a la vocación religiosa y al estudio, lo que le llevó a convertirse en una de las primeras mujeres españolas licenciadas, en su caso, en lo que se llamaba Clásicas dentro de Filosofía y Letras, mérito que hace unos años la Universidad de Jaén reconoció a ella y a otras primeras universitarias jiennenses. De ahí pasó a la docencia, profesión que, después de recorrer distintos puntos de la geografía española como Santander, Badajoz, Torredonjimeno, la condujo a Jaén capital. Ya jubilada, y haciendo gala de su inagotable actividad, tuvo el privilegio de colaborar en los Archivos Vaticanos de Roma, devolviéndole esta ciudad su agradecimiento con la
monumental belleza que ella tanto elogiaba.

Siempre estuvo en el lugar que eligió y generosamente se alejó de ahí para estar donde se le necesitaba. Siempre afrontó con valentía y optimismo lo que los demás veíamos como un problema.

Siempre supo trasmitir con intachable humildad sus muchos conocimientos, desde los mitos clásicos con los que nos maravillaba, hasta los ingredientes secretos de algún postre italiano cuyo recuerdo nos dibuja una sonrisa.

Y ya, con la memoria de la vejez y siempre con su exquisito trato, agradeció cada una de las atenciones, los gestos, las visitas de todos los que la queríamos, en las que nos recordaba lo feliz que había sido en una familia como la nuestra.

Son tantas las páginas que se podrían llenar hablando de ella como las que deja en blanco su pérdida, pero su fe y su valía merecen que afrontemos su partida con la alegría que ella tenía y demos paso a la esperanza a pesar de la tristeza. Siempre, siempre estarás con nosotros.

Obituarios