“Seguro que cuidas de nosotros”

Hablar de Javier o Javo, que es como le gustaba que lo llamaran, es hablar de un buen familiar y de un gran amigo. Mi primo era la persona más servicial y educada que he conocido. Nunca se ha quejado si el viento no soplaba a su favor. El deporte no era su pasión, pero si necesitábamos a algún jugador para completar el equipo, él siempre se ofrecía para que no nos quedáramos sin jugar.

Era un manitas con las tecnologías y un gran informático, dispuesto a solucionarte tu ordenador cuando se lo pedías. Siempre ha sido una persona muy callada pero atenta a la circunstancias, sabía escuchar y después darte un buen consejo.

Me he quedado con las ganas de compartir más momentos contigo, pensamos que la vida es eterna y vamos aplazando planes. En la niñez, algunos de los momentos más bonitos de mi vida los he pasado con él, y eso nunca lo olvidaré. La Cerradura ya no será lo mismo sin ti, pero mantendremos tu recuerdo vivo cada vez que nos juntemos. Desde dónde estés seguro que está pendiente de nosotros, cuidándonos con una sonrisa. Un abrazo primo

Primo, compañero, consejero, amigo y hermano, ¡Javo! No te has ido primo, no lo siento así, has vuelto a darnos una lección, otro consejo, otra vez has hecho que abramos los ojos, que vivamos y nos enorgullezcamos de que hayas sido parte de nuestra vida y familia. Tu ausencia solo es física porque sé que desde allí donde estés nos vas acompañar. Gracias por todo lo que hemos vivido juntos y lo que hemos disfrutado en la vida, con tu alegría y tu forma de ser que nos ha hecho mejores en todos los aspectos de la vida. ¡Javo gracias! ¡Nosotros todos somos uno!