“Querida amiga, queremos recordarte siempre con la sonrisa en la boca”

Para nuestra querida Beni: No nos damos cuenta de que la vida pasa y, un día cualquiera, la fría muerte aparta al ser querido de nuestro lado y en un segundo todo termina.
Cuando la vida te separa de un ser querido el recuerdo de su sonrisa es la mejor manera de tenerlo presente y seguir hacia adelante. Y tu sonrisa, Beni, es imposible de olvidar. Eras pura energía positiva, siempre alegre, siempre.
Fuiste un gran ejemplo a seguir. Sabías que era un cáncer muy duro y que no tenía solución, ignorabas el tiempo que ibas a tener para compartir. Pero, aun así, luchaste. Porque eras una mujer fuerte. Trabajaste en el campo, en un hotel, de camarera... Siempre hiciste todos los trabajos que uno se puede imaginar con tal de sacar a tu hijo adelante. Fuiste una mujer excelente, un ejemplo para todas nosotras.
Sin embargo, a pesar de estar casi dos años en guerra con esa maldita enfermedad, te fuiste con tan solo cuarenta y ocho años. Muy pronto, demasiado. Tan joven. Nos conocíamos del pueblo como nos conocemos todos los de aquí, siempre presente y muy querida por los vecinos. Eras una luchadora nata, no se puede explicar lo dura que eras. Pero el cáncer te llevó, justo una semana antes de poder estar juntas en el Día contra el Cáncer de Mama, con los planes que habíamos hecho, organizándolo todo entre nosotras, como el equipo que somos. Te echamos muchísimo de menos.
Ibas a venir, aunque la enfermedad muchas veces te impedía salir, tenías pensado bajar con nosotras el día del mercado. Eras muy echada para adelante. No pudiste estar más veces con nosotras porque tu situación no lo permitía, por esa quimioterapia que te dejaba en casa. Si te lo hubiese permitido, habrías estado con nosotras, Beni, lo sabemos.
Cuando nos lo dijeron lloramos, pateamos de rabia e impotencia. Hacía ocho horas que habíamos estado contigo, organizando y planeando ese sábado con ilusión. Charlando y compartiendo esas preciadas horas sin saber que serían las últimas. A las doce de la mañana nos vimos y a las diez de la noche ocurrió. En un día estabas y, poco después, no.
Nos has dejado una huella grande y nos va a costar superarlo a todas. Seguimos siendo una piña, un equipo, todas juntas contra el mundo, la enfermedad y los malos momentos. Seguimos adelante, porque en el fondo sigues con nosotras, tu energía permanece y se contagia, tu alegría nos guiará allá donde vayamos, porque la lucha no ha terminado y tu luz nos llevará hasta la victoria. Una luz brillante, intensa y maravillosa, como tú.
Así es como queremos recordarte, querida amiga. ¡Tú, siempre tan sonriente!
Tus amigas y compañeras de la Asociación Española Contra el Cáncer. Nunca te olvidaremos. Un beso hasta el Cielo.