“Para el fútbol viviste”

17 nov 2019 / 08:00 H.
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Te vas en silencio calladamente porque callada fue tu vida. También en el cielo te conocen por Didi y allí te acogerán. Pero te vas rebosante de virtudes de esas que solo conoce el alma, y lleno de abrazos de reconocimiento de amigos, gente del fútbol y tantos que te conocimos y te quisimos.

Yo sé que tu Biblia fue el Marca y tu religión el fútbol y el balón; no entendías de otra cosa. Fuiste pájaro libre en soledad. Para el fútbol viviste y dedicaste tu vida. Pero detrás de un balón había muchas personas y tú las llenaste con tu vida. Fuiste un hombre humilde y con una capacidad de servicio como pocos. Estabas para todo y hacías lo que nadie quería hacer. Apenas te enfadabas, aunque a veces tenías mal genio, y siempre tenías una palabra y sobre todo gestos de presencia con sabor a ternura y bondad. Amigo fiel y servicial que siempre estabas donde había que estar. En tu cuerpo frágil y pequeño se escondía un gran hombre con una gran capacidad de querer, de servir y demostrar amistad.

Te conocí cuando yo era un niño: tu cerveza y tu periódico debajo del brazo camino a la calle de Los Macías donde vivías. Elegiste cómo querías vivir, aunque presiento que a veces en pobreza y dejadez. No valoraste tu vida porque para ti la vida era redonda y eso te hacía feliz. Eres de esos hombres que aunque te vayas de tu cuerpo, te quedarás para siempre, porque mucho diste, mucho sembraste y te quedas para siempre como semilla preciosa en el surco de nuestras vidas. Didi, amigo y hermano, aunque tú Fe fuera frágil y no fueras hombre amigo ni de curas ni de estructuras fervorosas, tu vida rezuma vida porque tu Dios fue el servicio, la humildad y la bondad y eso hace que huelas a Dios del bueno. Porque no huele más a Dios el que más se golpea el pecho, sino el que quiere y sirve a sus hermanos en el caminar cotidiano.

Disfruta en el cielo con otro balón, tal vez te encuentres a Dios de portero y seguro te dejará que le metas gol. Te quedarás para siempre con nosotros. Los grandes, aunque sea en cuerpos pequeños, no mueren. Tu servicio y tu entrega a los demás la hiciste desde el deporte y eso también Dios te lo premiará. Te abrazo Didi.

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