“Los que se van nos dejan su ejemplo, su amor y su memoria”

Empezando el año nos dejó Inés. Una muy buena mujer; su luz se apagó lentamente y se fue a un lugar mejor. Pero aquí queda algo muy grande que a ella le perteneció, su querida hija Pilar.

Ejemplo a familiares, amigos, equipo médico..., de cómo el amor inmenso de una hija puede más que muchos tratamientos y avances. Cómo muchas veces el cariño y amor infinitos pueden hacer mucho más que el más potente de los tranquilizantes.

Qué ejemplo de amor desinteresado nos han dado las dos en una época en la que sólo vemos confrontación, dolor y sinsentidos. En estas pocas líneas no puedo expresar el infinito ejemplo vivido de amor, entrega, cariño y bondad de estos últimos diez años. Vemos cómo la rueda de la vida gira sin descanso y en cada giro vamos perdiendo seres queridos, y esas pérdidas nos sumen en la más profunda de las tristeza y desolación. Pero los que se van nos dejan su ejemplo, su amor y su memoria. Y nos enseñan con su ida que debemos dar más importancia al amor, al cariño... En esos momentos tan críticos se olvidan las preocupaciones mundanas y nos enseñan a relativizarlos. A valorar el verdadero valor que tiene un beso, el de una caricia, el de una sonrisa, o el de un abrazo.

También aprendemos a valorar a tantos profesionales que se han portado como si Inés fuera también su madre y Pilar su hermana. Gracias a su médico, a su enfermero, a los servicios de emergencias, que son orgullo de su profesión. Esa labor tan bonita que es ayudar al enfermo en su sufrimiento. A todos los que se han volcado con las dos y con la familia, gracias de corazón en uno de los momentos más duros que la vida nos puede hacer afrontar.

Adiós Inés, hasta luego. Gracias mil Pilar.