In Memoriam. Algo se muere en el alma cuando un amigo se va

15 ago 2019 / 08:00 H.

César, querido César, cuánto te vamos a echar de menos. No es lo que tú te pierdes, sino lo que nosotros perdemos por no poder estar contigo. Esa persona eterna, siempre irradiando luz y regalándote una sonrisa y una palabra llena de energía positiva. No hay derecho a esto. Lo siento en el alma, pero no lo hay. Tu Jaén siempre estará esperando tu perspectiva sabia y sincera sobre nuestro avance humano, profesional y como ciudad; tu ciudad. Nadie puede aún creerlo, pero menos los que estamos lejos. Era verte, aunque solo fueran unos minutos, y que te cambiara el día. Cualquier momento era bueno para que nos inyectaras tu buena onda y darnos ese empujón con clara dirección “palante”. Has sido un guerrero, y no solo en el tercer tiempo, del que eras el alma y un ejemplo para todas las personas sobre cómo enfocar la vida, esa que te ha sido arrebatada cuando todavía te quedaba infinito por vivir y regalarnos. Eras el “él nunca te falla”; pero nos has dejado, y solo nos queda darte las gracias y recordarte como un grande. Eres y serás siempre eterno, porque la buena gente no cambia, siempre es buena gente. Tu desayuno en el Batallas con Javier, Tate y Luis, servido por Miguel y su cariño, ojeando la prensa y comentando la realidad de nuestro tiempo desde la madurez y la experiencia... Una fuente de aprendizaje, pero sobre todas las cosas: positividad; esa que tanto nos falta a jóvenes y mayores. Siempre mostrando las cosas de forma sencilla, pero muy consciente de todo.

Te vamos a echar de menos, amante de la música y los buenos ratos; sobre todo amante de la buena gente, como tú. Tus mujeres, las queridas Anas, te respiran cada segundo, así que no se te ocurra dejarlas solas; sabemos que estarás por siempre con ellas y con todos los que te queremos. Cala, leal compañera tuya, tendrá doble trabajo ahora; cada vez que la veamos por San Ildefonso será la encargada de transmitirnos tu sentir. Te vamos a echar de menos, joder. Se te quiere, querido César. Tu Jaén, tus amigos, tu familia. Tu gente. Eterno César.

Se acerca por fin la feria, las fiestas de nuestro Linares, que sin ser en honor del patrón disfrutamos como nadie. Imagino que sonríes desde el cielo por las gratas noticias que te deben estar llegando. Sí, este año habrá dos grandes festejos en el coso de Santa Margarita. Sí, en esta ocasión tu fiesta favorita parece recuperarse. Parece que aún no está confirmado, pero seguro que a ti, desde lo más alto del cielo, se te escapa esa sonrisa. Sin embargo, aquí en la tierra llora San Agustín. Se lamenta de que ya no estás, lo que no sabe es que sí, que ocuparás tu sitio en la plaza y disfrutarás, como nadie más lo hará en tu querida Ciudad de las Minas, de esas dos tardes de gloria. Se te echa de menos, sobre todo el entusiasmo que ponías al hablar de eso que tanto te gusta y sobre lo que tanto sabías: tu amor apasionado por el toreo. Tantos amigos, tanta familia y tantos conocidos que te echarán en falta, un poquito más, durante tu feria de San Agustín.

Algo se muere en el alma cuando un amigo se va. En esta vida terrenal todo tiene un principio y un final, un alfa y un omega. El pasado día 2 de febrero fallecía, en el Complejo Hospitalario de Jaén, procedente de la residencia de mayores Virgen de la Capilla de nuestra capital, nuestro amigo Pedro Huesa Sabatel, a los 84 años de edad, hijo único del que fuera fundador y primer jefe del Cuerpo de Bomberos de Jaén: Pedro Huesa Pérez, fallecido hace 72 años. Pedro siempre se ha sentido muy unido y orgulloso del abnegado quehacer diario de los profesionales de este peculiar Cuerpo. Lástima que, por razones de salud, no haya podido asistir, a finales del año pasado, al estreno del himno oficial del citado y entrañable Cuerpo del que se hubiera sentido muy honrado, cuyo autor es el compositor jiennense Francisco Sánchez Sutil. Pedro fue profesor en distintos institutos de Jaén y provincia. Desde estas líneas queremos agradecer públicamente a todo el personal sanitario de la residencia de mayores Virgen de la Capilla y a su directiva: Rafael de Vargas Aguilera y Leonardo Cruz Linde, el trato humanitario y médico recibido durante el tiempo que estuvo Pedro internado. Hacemos extensivo nuestro agradecimiento al Hospital El Neveral, a Ruth Yeste Martín y Teresa Solas, y al centro de salud San Felipe, a Guillermo López Cala y Lola Aranda. A la Junta de Andalucía: a Yolanda Mata Algar. Todos estos profesionales, dentro de sus diferentes atribuciones, siempre nos han atendido con afecto.

Para terminar queremos, desde nuestro modesto punto de vista y humildemente, solicitar a la cúpula de la Junta de Andalucía en materia del sistema burocrático para el tema de la dependencia y la concesión de plazas en residencias de mayores, que se agilicen, para el bienestar y la tranquilidad de las personas de la tercera edad.

Amigo Pedro. Gracias por tu amistad de muchos años. Rogamos a Dios, nuestro señor, te conceda el descanso y la paz eterna.