La sonrisa perenne de un gran entrenador

24 mar 2016 / 09:20 H.

Julio Fernández Chicote nos dejó hace poco más de un mes y el fútbol linarense le echa mucho de menos. Porque, tras ese carácter introvertido, a veces áspero, propio del frío vallisoletano, se escondía un buen hombre, que no dejaba de sonreír, aunque la vida le diera reveses. Fue un entrenador admirado por el balompié jiennense, pero, ante todo, un linarense de adopción que defendió como nadie los colores azulillos. Julio Fernández Chicote llegó, en 1964, al conjunto del Santana de Linares y posteriormente pasó a formar parte del Linares CF, en el que jugó varias temporadas. Tras colgar las botas, se afincó en la ciudad minera y comenzó su carrera como entrenador en el Baños de la Encina, posteriormente pasó por equipos como el propio Linares, Bailén, Arjonilla, Carolinense, Baeza, Villanueva, Iliturgi y Úbeda, conjunto este en el estuvo ocho campañas en diferentes épocas y con el que jugó una fase de ascenso a Segunda B. Sus últimos años como técnico los dedicó a la cantera de Linares, colaborando en el conjunto del Santa Ana.