“Es para mí un placer y un honor haberte tenido como amiga”
Amiga Luisa Vega, para mí ha sido un placer y un honor haberte tenido como amiga. Hay personas, que irradian alegría. Con solo mirarlas sabes de su buen corazón y sus ganas de hacer felices a los demás.
Así eras tú, Luisa, mujer fuerte, incansable y, por encima de todo, con unos principios por los que siempre luchaste y compartiste.
Cuando llegué a Jaén, en 1970, encontré en ti una madre. Como hija me acogiste, como uno más de los tuyos. Gracias, gracias.
Qué buenos momentos pasamos en esa tu huerta, que con gran cariño y felicidad compartías, para, debajo de aquel frondoso caqui, hablar, reír, confraternizar ante tu paella u otro plato, que tan bien sabías cocinar.
Mi única pena fue al final, no haber estado más contigo, pues sé que te alegrabas de mi compañía, como yo con la tuya. Lo siento. Sé que me perdonarás. Y, ahora, al lado de tu marido Pepe, al que también recuerdo mucho, estaréis disfrutando de todo el bien que habéis hecho en este loco mundo.
Continuad ambos, protegiendo y ayudando a los que os hemos querido.
Amiga Luisa, te recordaré siempre. Descansa en paz.