“Era un emblema del casco antiguo de Alcalá”

18 nov 2019 / 08:00 H.
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El sábado conocí el fallecimiento de Rafael García Aguilera y tan inesperada pérdida me causó impresión. La verdad es que ya llevaba bastante tiempo sin verlo. Sabía de sus problemas de salud, pero también de su capacidad para reponerse a los achaques y problemas que le surgían.

Con Rafael García se pierde un alcalaíno arquetípico. Lo conocía desde hacía tiempo y aunque no puedo decir que fuéramos amigos íntimo me resulta agradable conversar con él. Siempre estaba atento a las últimas novedades del pueblo y él, a la vez, facilitaba y recibía información. Su figura era todo un emblema para el casco antiguo de Alcalá la Real. Resultaba habitual verlo por las calles y, aunque con dificultades, se movía por el entorno de la Plaza del Ayuntamiento, El Llanillo y el Juego de Pelota. Siempre que podía hacía una visita a la Virgen de las Mercedes, patrona de Alcalá la Real. Era habitual encontrarlo en las tabernas del casco antiguo, donde departía con los parroquianos. Sus ojos azules eran muy expresivos. Estaba interesado por la actualidad y era muy activo para expresar sus opiniones sobre política o sobre cuestiones importantes para la sociedad española o alcalaína. De su etapa como comerciante sacó su capacidad para negociar y dialogar. Pasar por delante del lugar donde tuvo su tienda de electrodomésticos en El Llanillo es verlo a él allí.

Sobre Rafael García pueden decirse muchas cosas buenas. Por ejemplo, que luchó para que Alcalá la Real consiguiera el agua que tan necesaria era, aunque para ello tuviera que encerrarse en el Ayuntamiento y participar en múltiples movilizaciones. También fue un puntal para la devoción hacia la Virgen de las Mercedes, incluso en los años difíciles.

Como ejemplo de espíritu abierto, muy útil en los tiempos actuales de dogmatismo, llegó a pertenecer a la vez a las peñas madridista, culé y colchonera. Esto significaba que nunca perdía un partido, o que nunca lo ganaba y que para el la convivencia estaba por encima de la visceralidad taan habitual hoy en día.

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