“Era elegante en el campo y un luchador nato”

21 mar 2016 / 09:20 H.

A veces la vida es muy injusta, aunque siempre merezca la pena luchar por ella. Pero, en ocasiones, es tan cruel y tan injusta que se lleva de forma inesperada a personas tan llenas de vida como era Francisco Daniel Rivera González, más conocido en el mundo del deporte como Dani Rivera, ya que era el entrenador del equipo cadete del Alhaurín de la Torre (Málaga) y jugó durante varias temporadas en el ya desaparecido Torredonjimeno. En el municipio tosiriano, de hecho, aún sigue vivo su recuerdo entre todos aquellos que lo conocieron. Estaba en lo mejor de su vida y aún le faltaba mucho por hacer en esta vida, muchas metas que alcanzar.

Dani Rivera solamente tenía treinta y siete años y una extensa trayectoria en el deporte, por el que se desvivía desde que era un chaval. De hecho, fue el artífice del histórico primer ascenso a la Tercera División en la temporada 2004-2005 del Alhaurín y llegó también a formar parte de la plantilla del Málaga en Segunda B, donde jugaba en el centro del campo. Pero, además, vistió las camisetas de otros equipos de esta provincia como el Ronda o el Puerto Malagueño, si bien una grave lesión le obligó tristemente a retirarse del fútbol a finales de la década pasada. Pero era un luchador nato, y eso no le impidió retirarse del deporte.

Casado y con dos hijos, ha dejado una huella profunda entre todos los que le querían. Conocido como “El niño de oro de Santa Amalia-Las Monjas” y con su larga melena rizada, este centrocampista destacó por su elegancia en el campo. El deporte vive consternado por su desaparición y sus compañeros nunca le olvidarán. Descansa en paz, Dani Rivera.