“El buque insignia de nuestra familia partió para siempre”

09 dic 2016 / 08:00 H.

Con buen sentido del humor y alegre. Sencillo, cariñoso y afable con todos. De gran calidad humana. De comportamiento correcto. Persona de principios y leal. Coherente con la dialéctica y excelente comunicador. Un hombre atento y servicial. De mirada limpia. Su máximo exponente, la honestidad. Verdaderamente, era difícil no querer a un hombre de esta índole. Ha sabido transmitir y compartir, por ello, tendrá seguidores. Siempre había un consejo sabio en sus conversaciones. Sólo aspiró, ante todo, a ser una buena persona. Se hará duro saber que mi tío ya no está con nosotros.

Un 24 de diciembre de 1935 nació Juan Manuel Serrano López en el seno de una familia humilde. Adquirió su compromiso matrimonial, con Emilia Liébana Estrella. Poco después se trasladó, por temporadas, hasta Barcelona. Quince largos años pasó en tierras catalanas desarrollando su profesión, albañil. Y una vez afincado definitivamente en Jamilena, compaginó el sector de la construcción con la agricultura. Fruto de su matrimonio nacieron cinco hijas. Se entregó sin término a su esposa, a sus cinco hijas, a sus nietos y biznietos. El buque insignia de esta familia partió para siempre. En la actualidad se habla mucho de transparencia en la vida política. Esa transparencia formaba parte de su decálogo en la vida pública.

Juan Manuel Serrano López fue el primer alcalde del Partido Socialista Obrero Español de la democracia en Jamilena, 1983-1987. Concibió la política como algo sencillo, natural y elegante. Las crónicas narraron que se convirtió en un referente de la política local.

Supo mantener unos controles y estándares de la política verdadera. Una vez finalizada la legislatura creó un partido independiente, Agruin. En 1991 abandonó la vida política para dedicarse a su familia y a su trabajo. Al finalizar su mandato en la Alcaldía presentó su memoria de gestión económica, de obras, servicios y suministros de cuatros años de enorme y frenética labor. Una legislatura repleta de esfuerzo e ilusión la que le tocó vivir.

Fue uno de los mayores impulsores en el desarrollo del municipio en la democracia. Acondicionó el campo de fútbol y el cementerio. Elaboró el mayor plan de mejoras en pavimentación, alcantarillado, agua potable e iluminación en treinta y seis vías urbanas. Finalizó las obras y compró el mobiliario de la antigua biblioteca, ubicada en la urbanización Padre Rejas. Realizó la apertura de la circunvalación, hoy calle Torredonjimeno. Construyó la nave de ajos a la entrada de la localidad que, posteriormente, sería clave para la adquisición de los terrenos del instituto Sierra de la Grana. A pesar de ser un municipio limitado en población, consiguió una guardería temporera. Además, la actividad cultural no cesó con clases de música, banda de tambores y cornetas. También llevó proyectos de formación para el fomento del empleo como tractorista o confección industrial.

Las instalaciones educativas del colegio fueron una de sus prioridades: adecuación de los patios, construcción de una pista polideportiva y la aprobación por parte de la Consejería de Educación y Ciencia de las dos aulas actuales de infantil de último año y del gimnasio. Sus obras comenzaron, en 1988, una vez adjudicadas por la Delegación de la Junta. Un evento cultural, que, aún, recuerdan los mayores coincidiendo con la conmemoración del Año Internacional de la Música, en septiembre de 1985, fue un concierto de la Orquesta de Cámara Española que organizó su equipo de Gobierno y que tuvo como solista al Hijo Predilecto de Jamilena, Miguel Ángel Colmenero Garrido. El acto se celebró en la iglesia de Nuestra Señora de la Natividad. En junio de 1986, inauguró el monumento al músico local Manuel Jiménez Pérez “Manolete” con la intervención de varias bandas de música de nuestra provincia.

Adquirió los terrenos del paraje de la ermita de San Isidro y los terrenos de la Loma Pineda, donde, posteriormente, se construyó el depósito de abastecimiento de agua potable. Compró el primer vehículo para la Policía Local y, además, consiguió la compra de un detector de fugas de aguas. Remodeló el consultorio médico. También llevó mejoras en la casa cuartel de la Guardia Civil. El Parque Jamilena por la Paz se construyó durante su mandato. Su gestión finalizó con un superávit de 16.509.634 de las antiguas pesetas.

Sus años de trayectoria política, cortos pero muy intensos y con gran entusiasmo vividos, merecían que les dedicara unas breves líneas para dejar otro pequeño testimonio de su vida como excepcional político. El 28 de febrero de 2015, recibió de manos del actual alcalde, Crispín Colmenero Martos, el reconocimiento de todo su pueblo, con la imposición de la Medalla de Oro.

El pueblo de Jamilena le rindió, el pasado 22 de noviembre, su último homenaje, en el salón de plenos del Ayuntamiento. Y fue despedido portando en su féretro la bandera de su pueblo.

Querido por sus paisanos, hasta el final de sus días, y por su gran familia. Se ha ido, Juan Manuel Serrano López, pero su espíritu permanecerá entre todos aquellos que han tenido la suerte de vivir a su lado. Augusto Cury, psiquiatra y escritor brasileño, en uno de sus numerosos e interesantes libros, llegó a expresar: “Quien elige su propia historia, abre sus propios caminos”. Así lo hizo él, que escribió parte de la historia de este municipio con su paso por el Ayuntamiento y que le han abierto el camino del respeto y de la admiración de muchos de los habitantes de Jamilena. Todos llevaremos, imperecederamente, un pedazo de su ser dentro de nosotros. Deja una enorme huella imborrable e intachable.

José Antonio Muños Rojas, poeta malagueño, escribió: “¡Ay de los que te olvidaren, de los que en su piel y en sus ojos pierdan tu recuerdo, de los que no se refresquen contigo, de los que te pierdan de alma!