Despidiendo a Antonia Hermoso Hinojosa

09 dic 2019 / 08:00 H.
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Como ribereño que soy, me sale del alma dedicar unas últimas palabras en recuerdo de Antonia Hermoso Hinojosa, una ribereña por los cuatro costados que nos dejó el pasado día dieciocho de este mes.

Mujer más valiente y luchadora no he conocido en mi vida. Con su buen humor y nervio era todo un remolino, como, cariñosamente, le llamaba mi padre. Si ibas a visitarla para reconfortarla, era ella quien lo hacía con su característica vitalidad y optimismo.

Se nos fue tranquila, sosegada y acompañada de su familia, para descansar en paz junto a su marido Antonio; un hombre que también fue bueno, discreto y silencioso. Mientras tanto, en Ribera Alta, nos costará acostumbrarnos a vivir sin ella.

Me despido con el estribillo adaptado de una canción popular boliviana:

Tres rosas rojas:

una para sus cabellos,

otra para su boca

y para sus ojos negros,

la más roja.

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