“Amigo, tu vida ha sido muy rica”

09 dic 2015 / 08:00 H.

Estimado Pepe: nos conocimos en el Seminario Menor de Baeza, ese espléndido palacio de los señores de Jabalquinto, que entonces estaba unido al seminario tridentino fundado por el obispo Fernando de Andrade y Castro, del que descubrieron su tumba bajo el altar de la capilla en una reforma. Buen entorno el de aquel Seminario, entre una catedral y una Universidad fundada por el maestro y hoy doctor de la Iglesia, Juan de Ávila.

Allá por 1961 entrábamos en la adolescencia. Nuestra amistad se mantuvo más de 50 años, como la de tantos compañeros que nos hemos seguido viendo en encuentros navideños en Jaén. El primero lo organizó una comisión de la que tú y yo formábamos parte. En el cincuentenario de nuestra promoción de bachilleres nos reunimos en Baeza. Tú nunca faltabas. El último lo organizó Manolo Rivera Valdivia en Madrid, junto a la Puerta del Sol, kilómetro “cero”. Volvimos tú y yo en tren. Nos dio tiempo de hablar largo y tendido. Ya conocíamos nuestras vidas, pero las poníamos al día y primaba el entendimiento, el respeto y la comprensión. Tú siempre destacabas por tu acendrada responsabilidad, seriedad y bien hacer en lo que acometías. Llamaba la atención tu excelente letra y otras muchas cualidades a partir de esos rasgos ortográficos que te enseñara tu maestro en Chilluévar, don Carlos Peris. Por tu seriedad y madurez te escogió Manuel Caballero Venzalá, profe de Literatura e Historia del Arte, como su colaborador en la corrección y revisión de los textos que a finales de los sesenta, años conciliares, iba publicando en el “Boletín” del Instituto de Estudios Giennenses. Acabaste tu licenciatura en Teología en la prestigiosa facultad de los jesuitas de Granada. Otros no la acabamos. De aquella Teología comprometida nació tu compromiso sociopolítico que has continuado durante toda la vida. En octubre te llamé y me contestaste con un mensaje telefónico: “Estamos en Nicaragua... Dime lo que quieras por wasap”. Te contesté. A la vuelta de tu último viaje nos hemos visto un par de veces.

Tu vida ha sido muy rica y tus amigos la vamos a dar a conocer donde corresponda. Has sido de familia sencilla, tu casa abierta para los amigos. Yo me alojé en tu casa e hice mi primer trabajito de historia local sobre Chilluévar a invitación tuya. Mi esposa y yo estuvimos en tu boda en Torreperogil... Llevamos al Viejo, José Reina Rivas, nuestro formador en “conciencia obrera”, a vuestro primer domicilio. Descansa en el seno de Dios. Te lo has merecido.