Adiós, monstruo adiós

14 dic 2019 / 08:00 H.
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Se nos fue en los primeros días de noviembre, mes de migas y gachas, nuestro amigo Francisco Merino, “Merino” o “Meri”. Desde la tierra de su Sevilla natal nos dijo adiós. Merino vino a Andújar al fichar por el CD Iliturgi en la década de los sesenta. Era Juanito Gámez su presidente y fue fichado en la temporada 1966-67. Presumía de ser de la capital andaluza, concretamente de Triana y, aunque bético, perteneció al Sevilla FC, jugando en el filial. Lógicamente quería vivir mejor. Estuvo también una temporada en el Díter Zafra y ya en el Iliturgi, formando parte de aquella delantera que compartía con Menacho. En aquellos años los equipos de nuestra provincia eran el Real Jaén, el Linares y el Iliturgi, unos equipos que formaron historia en nuestra geografía y que Merino era parte de ella en la delantera.

En Andújar conoció a Luisa, con la que se casó, teniendo el matrimonio cuatro hijas: Margarita, Macarena, Rocío y Azucena. Le gustaba mucho el flamenco, afición que compartió con el barbero y amigo, Paco Duro, y fueron muchas las noches que a final de agosto se daba cita en la Cata Flamenca de Montilla. No faltaba nunca a los Gazpachos Flamencos de Andújar, así como a otros festivales de la provincial.

También le gustaban los toros, era muy seguidor de Curro Romero y últimamente de Morante de la Puebla. Aquella Andújar que conoció Merino cuando llegó a nuestra ciudad, es ya muy distinta. Aquella Andújar de tradicionales bares, de gente en las taquillas de los cines, de pasear hasta el puente de Minguillos. Hoy sigue teniendo bares, pero ya no tradicionales; las colas en las taquillas de los cines ya no se ven y ya no se pasea por donde antes se paseaba. Recuerdo a Merino en la churrería de la Corredera de Capuchinos, nos saludarnos y nos dijimos: ¡Hasta luego monstruo! Esa fue la última vez que lo vi.

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