Una historia a los pies de la Sierra del Acero

    25 jul 2019 / 11:37 H.

    Arquillos es un municipio de la comarca de El Condado en la zona de la provincia, se encuentra en un fértil valle a los pies de la Sierra del Acero. Tiene un pasado difuso. Cuando se excavan sus tierras, sale a relucir vestigios romanos así como de un medievo no menos fructífero. Es un municipio de colonización, puerta del Condado. Antes de que Carlos III promulgara su famoso “Fuero de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena”, Arquillos fue puerta de la comarca del condado pero con diferentes nombres y adscripciones, según recoge el libro Jaén, pueblos y ciudades. El origen del actual pueblo se debe a la política colonizadora ejecutada por Pablo de Olavide que no vio cumplido su deseo de llamarle Campomania. Su emplazamiento no se asentaba como el de La Carolina, Carboneros o Guarromán en el eje Madrid-Cádiz pero, para el Superintendente, su interés venía dado porque la venta de los Arquillos era punto de paso obligado en las vías de Granada a Cuenca y de Valencia a Sevilla.

    Este municipio de viviendas unifamiliares, de escasa altura, dotadas de patios y corrales como requieren las actividades agrarias y ganaderas, así como la economía familiar; de perímetro irregular que contrasta con las geometría urbanas del interior; y, entramado de calles más o menos rectilíneas donde mantiene la tradición de correr novillos durante las fiestas y de convertir su plaza mayor en un lugar para capeas, cuenta con dos elementos simbólicos que lo identifican: la iglesia de la Inmaculada Concepción y la Torre del Reloj.

    Como recoge el libro Jaén, pueblos y ciudades, Arquillos tiene una gran vitalidad agraria. La Venta de Arquillos, lugar del Condado de Santisteban en el cruce entre los caminos que unían Toledo a Granada de norte a sur, y Sevilla a Valencia de oeste a este, fue elegida por Pablo de Olavide para una de las fundaciones del rey Carlos III en la demarcación de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena en 1767, que habrían de tener por capital de intendencia a La Carolina hasta la creación de la demarcación provincial en 1833, por la que Arquillos se instituye como municipio ordinario de la provincia de Jaén.

    Los 66 kilómetros cuadrados del término municipal se extienden sobre tres unidades geológicas que influyen de modo directo en caracteres geográficos diferenciables: La zona norte está sobre los conglomerados carboníferos de Sierra Morena en su borde inferior, entre los 300 y 500 metros de altitud. La zona sur, en cambio, es sobre todo un promontorio, el de Los Donceles, que se eleva a algo más de 700 metros, que es la prolongación más occidental, en su zona más baja, de la Loma de Chiclana. La amplia zona central, llanura estructural exhumada sobre la cobertura de arcillas y areniscas rojas triásicas, se extiende levemente inclinada desde el noreste, a unos cuatrocientos cincuenta metros de altitud, hasta el suroeste, a unos trescientos setenta metros, según aclara el libro Jaén, pueblos y ciudades.

    Asimismo, el término municipal de Arquillos es fundamentalmente olivarero. Pero como un municipio integrante de la comarca de El Condado, participa en pequeño grado de las tierras que se adentran en Sierra Morena. Los encinares que crecen en estos suelos pizarrosos, generalmente adehesados, dominan el paisaje, pudiéndose observar también determinados arbustos integrantes del matorral del bosque. Desde este paraje el descenso al río Guadalén está muy cercano; aquí el curso de agua permite el desarrollo de vegetación de ribera. El campo arquillero, según el libro Jaén, pueblos y ciudades, está marcado por el gran cerro alomado a cuyo pie se asienta el pueblo, conocido como “La Sierra del Acero”, con unos setecientos metros de altitud. Cubierto de olivares en su mayor parte, las cumbres conservan no obstante vegetación leñosa mediterránea, establecida ahora sobre suelos procedentes de rocas calcáreas. Un lugar completamente diferente son los proximidades al embalse del Guadalén. Se trata de zonas bajas ocupadas por el olivo. Cuando las plantaciones terminan podremos ver característicos bosquetes de grandes árboles que frecuentemente son semicubiertos por las crecidas del pantano.

    Por último, si centramos nuestra atención en los olivares que cubren los campos de Arquillos, la época primaveral depara una sorprendente floración de multitud de hierbas modestas pero llamativas; herbazales llenos de colorido que destacan especialmente en los márgenes de caminos y carreteras donde no llega la labor del arado. Sobre estas tierras de arcilla aparecen especies de plantas cuyo ciclo vital se extiende a unos meses.

    Por otro lado, el libro Jaén, pueblos y ciudades, recoge que la posición que tiene Arquillos en cuanto a red viaria se refiere, le favorece, si bien podría haberlo hecho más a no ser porque las políticas regionales y nacionales no le han favorecido como podrían haberlo hecho. En ello tiene mucho que ver la actuación caciquil, no solamente la racionalidad. La potenciación del eje La Carolina-Guadix, para unir Madrid con Granada y Almería hubiera sido más conveniente, pero la capitalidad provincial de Jaén pudo más, y el coste del trazado era menor. El eje Bailén-Albacete pasando por El Condado resulta menos rentable que su alternativa de la Carretera Nacional por La Loma.