Quesada, lugar de gran interés histórico dentro de la naturaleza

Los parajes del municipio son una seña de identidad de importancia en el municipio

14 mar 2019 / 16:24 H.

Ubicada en la comarca del Alto Guadalquivir, las partes este y sur del municipio forman parte del parque natural de la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas. Este lugar, reconocido por la figura del pintor Rafael Zabaleta, cuenta con un amplio interés turístico como por ejemplo la Cueva del Agua, un monumento natural que cuenta con una cascada impresionante en su interior, salvo durante la época de sequía. Según la leyenda, en esta cueva tuvo lugar la aparición de la virgen de Tíscar, patrona de Quesada. Este lugar se encuentra al lado de el castillo de Tíscar, el cual conserva apenas una torre en correcto estado. A los pies de este castillo, se ubica el santuario de la Virgen de Tíscar, que conserva su puerta de estilo gótico del siglo XIV. El municipio se caracteriza por una amplia variedad de paisajes y ecosistemas que convierten el paraje natural de Quesada en un aspecto único y extraordinario para el turismo.

En cuanto a sus monumentos, también destaca la propia Plaza del Santuario de Nuestra Señora de Tíscar. A su vez, es de interés el arco de la Manquita de Utrera, que cuenta con la inscripción del poeta lugareño Bienbenido Bayona: “Iba para plaza y no se quedó en plaza ni calle; era cal viva su talle y en esquinas se quebró; soñó ser patio y se alzó barandal y primavera, y al ver que lo que era, era, gracia y luz y geometría, trazó el arco la armonía de la Manqueita de Utrera”.

También está el Arco de los Santos, una puerta del antiguo recinto amurallado construido en el Siglo XIV y que era un a de las entradas a la ciudad en el antiguo recinto amurallado. En su parte anterior se ubica un arco apuntado con dovelas, salmeres y jambas. En la parte posterior, un arco de medio punto, y en su interior, un altar dedicado a la sacerdotisa Caia Rufina.

Por su parte, el Museo Zabaleta es uno de los orgullos más importantes de sus habitantes, quienes respetan y admiran la figura del pintor gracias a su obra.

Con respecto a las fiestas, la Virgen de Tíscar, forma una parte de gran interés dentro del lugar, como no podía ser de otra forma. Durante el verano, el 29 de agosto se sube a la Virgen desde el pueblo hasta el santuario. Unos meses antes, en mayo se celebra “La Traída”, en la que la Virgen atraviesa el pueblo hacia la iglesia en la que permanece hasta el mes de agosto.

Además, del 19 al 21 de enero se celebra la fiesta de San Sebastián, patrón de Quesada con sus típicos abanderados y tamborileros, además de las lumbres.

Por su parte, en la pedanía de Belerda se celebra el 26 de diciembre una tradición —que se denomina la Fiesta de los Cargos o Fiesta del Dios Chico— que se remonta al siglo XIX, en donde se rememora la retirada por parte de las tropas napoleónicas en la guerra de la Independencia.

Pero su paraje natural forma parte intrínseca del municipio gracias a las sierras que rodean a Quesada y que hacen del lugar un gran atractivo a lo largo de la provincia jiennense. De hecho, todo este paisaje consigue que algunas de sus zonas sean algunos de los espacios naturales más visitados y frecuentados por todo el país.

A vista de pájaro en el paisaje de esta comarca se pueden distinguir las sierras, al este y la campiña y las depresiones del Guadiana Menor y Guadalquivir, al oeste, consiguiendo que la Sierra de Cazorla sea el telón de fondo en el que se encuentra enmarcado este municipio de la provincia.

En lo que respecta a la gastronomía, la tradición vuelve a ser un punto de referencia dentro de Quesada, en el que los platos suelen estar muy ligados a la sierra. Su aspecto más destacado son los talarines, un pariente próximo del gazpacho manchego y de los andrajos, consistente en un guiso de carne, verduras y setas donde se cuecen obleas de masa que quedan hechas pedazos, motivo por el que el plato lleva el nombre de andrajos. Las migas, las gachas, la ajoharina y el garrucheno son también otras recetas propias del municipio. Además, cuenta con dulces típicos como el pan de higo o los papajotes.