Una empresa de la comarca que genera cuarenta empleos y que camina de la mano del gigante del sector oleícola Migasa
PREMIO castellar

Oleocastellar Sociedad Anónima es una de las empresas del gigante aceitero Migasa. Esta extractora de orujo echó a andar en 1987 y, en 2009, incorporó a su actividad la refinería de aceite. Sus números no son pequeños en un sector que cada vez tiene más competencia. Emplea a más de cuarenta personas, casi medio centenar de puestos de trabajo que son muchos en un municipio como el castellariego, donde residen apenas 3.500 personas. Factura en torno a doce millones de euros y tiene una producción medida de doscientos millones de kilos, fruto de su trabajo con unas sesenta almazaras del norte de la provincia jiennense y de otras zonas del territorio español, como Ciudad Real y Albacete. Diez o doce millones de euros de facturación. Se trata de un ejemplo de profesionalidad y de buen hacer, un referente para el sector del aceite de oliva.
Al frente de la máquina, perfectamente engrasada, se encuentran Fernando Muñoz como director gerente del centro de la planta y, como responsable del funcionamiento de la empresa y la dirección comercial Jaime Ostas. La labor que tienen por delante actualmente no es pequeña, ya que la factoría y la sociedad están en pleno proceso de modernización y mejora de sus procesos para hacerlos más eficientes, con una importante inversión de la compañía Migasa para sostener tanto esfuerzo en el tiempo.
El oro que producen, una de las clasificaciones del aceite de oliva, es muy apreciado en el canal de la restauración, la hostelería y el cáterin, además de por muchos consumidores minoristas. Detrás de Oleocastellar está una empresa aceitera líder del mercado que desde sus orígenes, en los años treinta del siglo pasado, mantiene el mismo espíritu competitivo y dinámico, sin perder sus señas de identidad como firma familiar. Con la tercera generación ya incorporada y la profesionalización de la firma avanza con decisión. Este liderazgo es fruto de una mejora continua en todas las fases y actividades que persigan la elaboración del mejor aceite, así como de ofrecer un excelente servicio que cumpla con las expectativas de sus clientes. Con clara vocación de internacionalización de sus procesos, Migasa cuenta con un Departamento de Exportación e Importación capaz de gestionar un gran flujo de transacciones internacionales. Una de sus líneas es los aceites de orujo, ideal para su uso en fritos por estar especialmente preparado para soportar altas temperaturas y realzar el sabor original de los productos. Todo ello, manteniendo las propiedades esenciales del aceite de oliva.