Genio y figura al son de las cornetas y los tambores

Si tengo que contar todo lo que ha hecho Juan Alcalá Melero por nuestro pueblo no tendríamos noche”. Así introdujo la alcaldesa de Lopera, Isabel Uceda, a uno de sus vecinos más queridos: Juan Alcalá Melero (77 años). Un hombre recortado en estatura, pero de gigantesca generosidad. Por su dilatada trayectoria en la música, Alcalá Melero es toda una institución. La banda de cornetas y tambores lleva su nombre. Pero la autoridad de este maestro es directamente proporcional a la sencillez con la que se metió en el bolsillo al público que llenaba el Centro Cultural de la Villa de Santiago. En su alocución, el loperano subrayó el trabajo que cuesta “salir en una banda” y cómo hubo un tiempo en el que por tocar lo único que recibía el músico era “una botella vino y un puñado de garbanzos tostados”. “Todos somos profesores y no somos profesores. Yo no he estudiado eso. Yo soy músico porque estuve en el Ejército y de ahí vienen mis ideas. De ahí he partido”. Alcalá Melero evocó el momento cuando el Ayuntamiento le propuso crear la Banda Municipal de Cornetas y Tambores: “Se me cayeron los palos del sombrajo”. Necesitaban “un millón y medio de pesetas”. Mucho dinero, pero no se arredró: “Le eché ‘güevos’, saqué un préstamo para pagar las cosas y conforme salíamos por ahí a tocar y nos pagaban, llegábamos al banco, y ¡pon, en un año, fuera!”. El último reto de la agrupación fue la fusión con la banda de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Marmolejo. “Hay quien dijo: ‘Eso se viene abajo’. ¡No se viene abajo! Llevándolo como hay que hacerlo va para arriba”, recalcó, apuntando que los premios eran muy merecidos porque: “Todas las personas que estamos aquí hacemos lo que hacemos con el alma”.