El paraíso natural donde el lince logra burlar los peligros que lo acechan

21 mar 2016 / 11:40 H.

El Parque Natural Sierra de Andújar, que se extiende por una extensión de 74.774 hectáreas en forma de triángulo, ocupa la parte noroeste de la provincia jiennense. Es la casa del lince, el felino que ya no es el más amenazado del mundo, en parte, gracias a la tranquilidad de la que goza la colonia que vive entre los iliturgitanos. Es un reserva natural vivísima, no solo por su inquieta fauna y su riquísima flora, sino por la gran presencia humana que lo caracteriza. Fincas de caza de fama internacional y dehesas en las que pastan toros de lidia, en un entorno que cruzan, cada año, miles de personas, caminantes que hacen el camino a pie hasta el templo de Sierra Morena de la Virgen de la Cabeza o la multitud que peregrina cada último fin de semana de abril en por de la patrona de la ciudad que se extiende a los pies de este paraje natural, de la Diócesis de Jaén y de millones de personas en todo el mundo. Esta maravilla se merece el reconocimiento como Tesoro Verde en los Premios Jaén Única que, precisamente, se entregarán en el Teatro Principal de la ciudad iliturgitana, el próximo 30 de marzo. Encargados de velar por este legado, está la Junta Rectora del Parque Natural, presidida por la periodista de Andújar Paqui Esteban. Desde su creación, esta entidad es un órgano muy activo en el que se realizan propuestas que se elevan a las administraciones que tienen competencias. “Por la amplia representación que hay en ella, de colectivos diversos y organismos, está garantizada la diversidad de ideas y de puntos de vista que hacen enriquecedor el debate para consensuar y proponer acciones. Es un trabajo desinteresado de todas las personas integrantes de la junta rectora, que lo único que deseamos es aportar nuestro granito de arena en la defensa de nuestro espacio protegido”, deja claro Esteban. “Queremos que se nos tenga en cuenta porque trabajamos con las administraciones en poner en valor nuestro Parque Natural, sin olvidar que, para ello, hay que escuchar a muchas personas, colectivos y empresarios, que tienen intereses en la zona, para que caminen junto a los trabajos conservacionistas y de promoción del entorno, en el que debe ser compatible el uso y disfrute del entorno por parte de la ciudadanía”, reflexiona la presidenta de la Junta Rectora.