Día en familia junto al fuego
Todos los vecinos del municipio se reúnen gracias a la Hermandad de San Antón

Son muchas las anécdotas, historias e incluso leyendas de la mayoría de las tradiciones y festividades de esta provincia. Sin embargo, hay una noche que todos esos historiadores catalogan como mágica, no tanto por su origen como por su esencia. La noche de San Antón es, en toda la provincia, un fecha más que señalada en el calendario, pero, sin faltar a ninguna ciudad, es muy recomendable disfrutar, al menos una vez, de esta festividad en un pueblecito pequeño como es el caso de Aldeaquemada.
En cada ciudad, municipio o aldea, las lumbres de San Antón, siguiendo una de las tradiciones más arraigadas en occidente, mantienen alguna característica o particularidad de cada territorio. Es muy normal ver en lo alto de la hoguera cómo se coloca un muñeco hecho con ropa vieja, relleno de paja y serrín. En otros casos, en su cabeza, pies y manos se prenden petardos, que estallan cuando les alcanza el fuego. La gente baila junto a las hogueras y canta, sobre todo, “melenchones” con letras casi siempre picantes e ingenuas, que cuentan lances amorosos o acontecimientos de la vida cotidiana, hasta el extremo de que algunas de ellas llegaron a ser crónicas expresivas de la vida de las ciudades. Los vecinos queman lo viejo y degustan las típicas rosetas —palomitas de maíz— y la calabaza, junto con morcilla, chorizo y vino. La gastronomía, la bendición de los animales, la quema de muñecos, canciones populares, juegos y ritos religiosos rodean a esta fiesta que comienza ya en la tarde-noche del día 16, prolongándose a lo largo de la jornada siguiente.
La festividad de San Antonio Abad llegó a Jaén hacia el siglo XIII, seguramente con los nuevos habitantes influenciados por la devoción que se le profesaba al santo en Francia y Centro Europa. Tradicionalmente, al atardecer se encendían lumbres en el monte, las huertas, cortijos, caserías y en todos aquellos lugares en los que había ganado y animales domésticos. Es posible que estas hogueras tuvieran connotaciones mágicas, con la intención de ahuyentar las enfermedades y plagas de los animales. Hay también una relación clara con el ciclo de la cosecha y de las labores del olivar.
Precisamente son estos restos de la corta, el ramón, el material básico de la hoguera. A ella se le unen los capachos viejos de esparto, que se usaban en el prensado tradicional, empapados aún en aceite, un excelente combustible, y muebles viejos de los que acaso se cambian una vez que se dispone de dinero al cobrar los jornales de la aceituna. Como en todo, muchas de estas tradiciones se pierden. Sin embargo, con la festividad de San Antón hay una constante en toda la provincia, el fuego purificador, que ahuyenta los malos espíritus, es un rito ancestral que se remonta a las culturas paganas de la antigüedad. No solo en relación al ser humano, sino también y, especialmente, al ganado y animales domésticos para evitar enfermedades y plagas.
En Aldeaquemada, es la Hermandad de San Antonio Abad la que, después de la misa y la procesión del santo, invita a todo el pueblo a un aperitivo, encendiendo una hoguera en la plaza, a la vez que se cantan los melenchones y se hacen corros. Se reparten roscos de pan con matalaúva por las casas. De la misma forma se renuevan los roscos en el báculo de la efigie de San Antón. Todo el que guste en visitar este municipio durante la festividad, tiene que tener claro que estos roscos desaparecen de las manos, por lo que pueden hacerse una idea de la delicia que suponen para vecinos y visitantes.
Pese a centrarse, el día 17 de enero, en una fiesta con tintes más religiosos y de convivencia entre todo el pueblo en una jornada espectacular, los habitantes de Aldeaquemada casan la fiesta dc San Antón con otra muy arraiga en la provincia, mezclando tradiciones entre las dos. La Candelaria del día 2 de febrero, los visitantes encontrarán lumbres en todas las puertas de las casas. Pero, además, no faltarán los corros, cantos y las tortas de pastor cocidas en las brasas de las hogueras. La celebración se realiza la noche anterior, el día 1 por la noche, que es cuando se hacen las hogueras. El refrán “hasta San Antón, pascuas son”, no se extiende unos días más en Aldeaquemada. Lo bonito del día de San Antón es la unión entre todo el pueblo.