Podemos quiere carteras sociales

La negociación de julio sienta las bases del preacuerdo entre las formaciones

14 nov 2019 / 09:06 H.

Podemos negociará con el PSOE un Gobierno de coalición en el que pretende ocupar, además de la Vicepresidencia para Pablo Iglesias, carteras sociales como Vivienda o Empleo que tendrán, esta vez sí, competencias muy definidas y concretas que posibilitarán que los morados tengan capacidad efectiva de tomar decisiones de gobierno.

Si bien desde ambos partidos no realizaron declaraciones oficiales con el objetivo de proteger la negociación, las fuentes consultadas por Europa Press apuntan a que para hacerse una idea del organigrama del futuro Ejecutivo, basta con fijarse en la negociación previa a la investidura fallida de julio. Entonces, los morados quisieron dirigir Trabajo y Transición Ecológica, mientras que desde el PSOE les ofrecieron la Vicepresidencia Social para Irene Montero (Iglesias había sido vetado), y tres ministerios, que en un principio fueron el de Vivienda y Economía Social, la cartera de Sanidad, Asuntos Sociales y Consumo, y un Ministerio de Igualdad.

Durante ese periodo de conversaciones, desde el PSOE abrieron el abanico y en ese trío de carteras incluyeron Cultura, Agricultura, o Ciencia y Universidades. La negociación fracasó, pero sentó las bases para esta nueva etapa en la que sí hay voluntad de acuerdo, y aunque es posible que ni el número de ministerios ni la nomenclatura de los mismos concuerde, sí que puede servir como plantilla para esta segunda oportunidad.

De hecho, en Podemos aspiran a dirigir carteras sociales, como ocurrió en julio, pero con la diferencia de que, en esta ocasión, sí que irán dotadas de competencias. Es decir, si llevan Vivienda tendrán capacidad para parar desahucios e intervenir el mercado de los alquileres y lograr así bajar los precios. Lógicamente, si las carteras de Podemos son sociales, la vicepresidencia de Iglesias podría ir también en ese sentido.

En cambio, desde Podemos no quieren dirigir algunas de las carteras que estuvieron en el “bombo” en julio, como la de Sanidad, un ministerio con escasas competencias e incidencia estatal dado que la gestión está derivada a las comunidades autónomas.

Dado que Unidas Podemos es un espacio político en el que confluyen varias fuerzas, se pretende que la mayoría de las familias estén representadas en el Consejo de Ministros. Así, alguno de los diputados de Izquierda Unida (Alberto Garzón, Yolanda Díaz) podría entrar, o incluso un perfil muy marcado como el de Juantxo López de Uralde, que tras fundar Equo se ha quedado con la bandera del ecologismo en el partido morado, motivo por el que podría ser candidato a ostentar la cartera de Transición Ecológica. Quien no parece tener opciones de estar en el Ejecutivo es el portavoz de En Comú Podem, Jaume Asens.

En todo caso, las personas que Iglesias elegirá para que le acompañen en su andadura en el Gobierno de coalición con el PSOE serán miembros reconocibles del trabajo parlamentario del grupo confederal. Por ejemplo, si ya en julio Irene Montero casi tocó la vicepresidencia, ahora es muy probable que acabe dirigiendo alguna de las carteras que ostenten los morados.

Otros de los dirigentes de Podemos que puede jugar un papel clave en el nuevo Gobierno podrían ser tanto Rafa Mayoral (muy ligado a las luchas de los colectivos sociales) como Pablo Echenique, persona de la máxima confianza de Iglesias que fue el encargado de liderar las negociaciones de julio y que ha sido hasta las autonómicas de mayo secretario de Organización de Podemos.

Más allá de nombres, lo que sí parece más que probable es que en el nuevo Ejecutivo solo haya ministros de PSOE y de Unidas Podemos. Es decir, fuerzas como Más País quedarían fuera de cualquier aspiración, sobre todo cuando ya el propio Errejón se presentó a las generales subrayando que él estaba ahí para desbloquear, sin pedir “sillones” a cambio. En este sentido, nombres como el de Manuela Carmena, en caso de que llegara a tener alguna responsabilidad, estaría más ligado a la órbita del PSOE y de Pedro Sánchez que a la de Errejón.

Las cuentas del pacto para poder lograr la investidura

El pacto entre el PSOE y Unidas Podemos para un gobierno de coalición que firmaron el presidente Pedro Sánchez y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, parte con 155 votos en el Congreso y, para superar la sesión de investidura, necesitaría sumar a otras fuerzas. Una de las posibilidades es el apoyo de PNV, Más País, Partido Regionalista Cántabro, Teruel Existe y Nueva Canarias más la abstención de los independentistas de ERC y del BNG.

Según establece la Constitución, para ser investido presidente se necesita mayoría absoluta en una primera votación, es decir, 176 síes, o bien mayoría simple (más votos a favor que en contra) en una segunda. Esa mayoría absoluta exigiría a PSOE y Unidas Podemos sumar a sus 155 diputados un total de 21 votos, lo cual parece muy improbable, ya que se trataría de añadir a formaciones que se han declarado antagónicas entre sí.

A partir de ahí, lo más factible es pensar en la segunda votación, contar con más votos a favor que en contra. Aritméticamente, la opción más sencilla es que el principal grupo de la oposición, el PP con sus 88 diputados (uno de ellos de Foro Asturias), optara por la abstención, aunque esta posibilidad ha sido rechazada tajantemente por la dirección de los “populares”. Hasta ahora cuentan con el apoyo de Más País y el Partido Regionalista de Cantabria.

Sánchez consultará con su militancia el preacuerdo

El Partido Socialista consultará a su militancia el acuerdo alcanzado con Unidas Podemos para conformar un Gobierno progresista de coalición. La consulta, la primera a nivel nacional que organiza la actual dirección del partido, se llevará a cabo el sábado 23 de noviembre y se convocará oficialmente este lunes, cuando así lo decida formalmente la Ejecutiva Federal.

Tanto los Estatutos Federales del Partido Socialista como el reglamento que los desarrolla obligan a consultar a la militancia los acuerdos a los que llegue el PSOE con otras formaciones para compartir el Gobierno, así como aquellos que supongan investir presidente al candidato de otro partido. Las normas establecen que la opinión de los militantes será vinculante.

El calendario para la organización de esta consulta, pendiente aún de aprobación por la Ejecutiva Federal, señala que el censo se cerrará el mismo día en que se convoque oficialmente la consulta. Del 19 al 22 de noviembre, el partido podrá desplegar una campaña informativa sobre la misma, mientras que de las 14:00 a las 20:00 horas del 21 de noviembre, los militantes que deseen participar podrán inscribirse a través de internet. Para votar por esta vía se habilitarán los días 22 y 23 de noviembre, mientras que el voto presencial podrá hacerse únicamente el día 23.