La exhumación de Franco, baza electoral para Sánchez

La batalla judicial impidió al presidente ejecutar la medida antes de primavera

24 oct 2019 / 08:57 H.
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E del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, iniciará la campaña electoral habiendo cumplido por fin su promesa de sacar a Franco del Valle de los Caídos, una bandera que originalmente previó blandir de cara a las elecciones de abril pasado y que los constantes recursos de la familia para impedir la medida le devolvieron como baza electoral para los comicios del próximo 10 de noviembre. Tras llegar a La Moncloa vía una moción de censura contra el Gobierno de Mariano Rajoy que Sánchez presentó sin estar seguro de que prosperaría, el líder socialista y su entorno más próximo eran muy conscientes de que con tan sólo 84 diputados la acción del Ejecutivo en lo que quedaba de legislatura se iba a limitar a sacar al dictador del Valle de los Caídos y poco más.

Sin embargo, y como reconoció el propio Sánchez en una conversación informal con la prensa, el Ejecutivo pecó de ingenuidad al no imaginarse la férrea oposición que los nietos de Franco iban a ejercer para impedir la exhumación. Un enfrentamiento librado en los tribunales que perseguía doblarle el brazo al Gobierno y que, casualidades del destino, terminó devolviendo a Sánchez la oportunidad de presentar la exhumación como un triunfo justo antes de unas elecciones generales. La larga batalla judicial iniciada por la familia para frenar la exhumación la terminó ganando el Gobierno el pasado 24 de septiembre, cuando el Tribunal Supremo avaló por unanimidad el procedimiento emprendido por el Ejecutivo de Pedro Sánchez para exhumar los restos del dictador del Valle de los Caídos y trasladarlos al cementerio de El Pardo Mingorrubio, en lugar de a la catedral de La Almudena, como preferían los nietos del general. El Ejecutivo nunca pensó, nada más llegar a La Moncloa, que la exhumación de Franco pudiera llegar a complicarse tanto. De hecho desconocían que la familia tenía a perpetuidad una sepultura en la cripta de la catedral de La Almudena, con capacidad para hasta cuatro cuerpos, y donde está enterrada la única hija del dictador, Carmen Franco, junto a su marido, Cristóbal Martínez-Bordiú, actual marqués de Villaverde.

“Os pillará trabajando”, se atrevió a vaticinar Sánchez en conversación informal con periodistas en junio de 2018, apuntando que la exhumación se concretaría antes del parón estival de agosto. El Ejecutivo siempre pensó que la familia, cuando no le quedara más remedio, accedería a trasladar los restos de Franco al panteón del cementerio de El Pardo Mingorrubio donde está enterrada la mujer del dictador y que pertenecía a Patrimonio Nacional, ahora a Patrimonio del Estado. Pero los planes de los nietos de Franco pasaban por enterrar a Franco , en caso de no parar la exhumación, en la cripta de La Almudena, junto a su hija, y trasladar luego allí a Carmen Polo desde el panteón de Mingorrubio. Este descuido llevó a que el Gobierno sólo se reservase la competencia de decidir el lugar de reinhumación de los restos de Franco en caso de que la familia renunciase a hacerse cargo de ellos o no indicara en tiempo y forma al Ejecutivo dónde querría enterrarlo.

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