Franco, de vuelta a El Pardo

La familia quiso “colar” una bandera preconstitucional, pero les fue requisada

25 oct 2019 / 08:58 H.
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Los restos del dictador Francisco Franco regresaron al distrito madrileño de Fuencarral-El Pardo, donde residió siendo el jefe del Estado, 44 años después de su muerte. Su salida de la Basílica del Valle de los Caídos, con los familiares portando en hombros el féretro hasta la explanada vacía, fue diametralmente opuesta a su multitudinario entierro en aquella mañana del 23 de noviembre de 1975.

Franco abandonó el Valle de los Caídos, el monumento que él ordenó construir en honor de los caídos en la “gloriosa cruzada” por una “España mejor”, en medio de un silencio solo roto por un grito de “Viva España, Viva Franco” proferido por los propios familiares.

De la escena fueron testigos los representantes del Gobierno presentes, la ministra de Justicia, Dolores Delgado; el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, y el subsecretario del Ministerio de Presidencia, Antonio Hidalgo, a quienes la familia no se acercaron a saludar al menos en los momentos captados por las cámaras. La familia, que desde un primer momento se opuso a la exhumación y planteó una batalla judicial que ganó el Gobierno en septiembre pasado en el Tribunal Supremo, llevó su enfrentamiento hasta el final, convirtiendo la retransmisión televisada de la salida de Franco del Valle en una guerra de símbolos.

El Ejecutivo prohibió a la familia cubrir el ataúd con una bandera de España, como pidieron, y también rechazó su pretensión de que Franco fuera despedido del Valle con honores militares, como los que tuvo en su funeral en el Palacio Real de Oriente.

Pese a esa prohibición, uno de los nietos del general, Francis Franco, accedió al interior de la Basílica del Valle de los Caídos con una bandera preconstitucional en la mano que tuvo que dejar en la misma entrada a petición del Ejecutivo, que no permitía ningún símbolo de exaltación de la dictadura en el momento de la exhumación, no así en la inhumación en el panteón, al circunscribir ese espacio al ámbito familiar.

De hecho, agentes de la autoridad transportaron la bandera preconstitucional a uno de los coches que trasladarían posteriormente a los familiares a Mingorrubio. Finalmente, el féretro salió de la Basílica adornado con un estandarte con el escudo del Ducado de los Franco, que incluye la Cruz Laureada de San Fernando, la máxima condecoración militar otorgada al dictador en 1939.

Sobre el estandarte, sí se permitió a la familia depositar una corona de laurel adornada con una banda con la inscripción “Tu familia” como única dedicatoria y con dos lazos en forma de flor con los colores de la enseña nacional. Junto a la corona, un ramo de flores decorado con lazos en forma de flor, también con los colores de la enseña nacional, que emulaban las cinco rosas de las que habla el himno de la Falange, el “Cara al Sol”, según explicó el letrado de la familia.

Más allá de los símbolos que la familia quiso introducir en el acto desafiando las condiciones impuestas por el Ejecutivo, los trabajos de exhumación se completaron en menos de dos horas, si bien esta fase del proceso no fue retransmitida por televisión, ya que el Gobierno prohibió que se pudieran grabar imágenes o sonido. Para garantizar el cumplimiento de esta norma, el Gobierno instaló en el interior de la Basílica un detector de metales y un escáner por los que tuvieron que pasar todos los que accedieron al templo junto con sus pertenencias.

Las precauciones tomadas por el Ejecutivo fueron tales que ni siquiera todos los familiares presentes pudieron ver la extracción del féretro de la tumba, ya que sobre ésta se colocó una carpa techada y con paredes a la que solo accedieron dos de los nietos del general, Cristóbal y Merry Martínez Bordiú, los operarios, un médico forense y los representantes gubernamentales. A pesar de los daños que presentaba el féretro original en el que se enterró a Franco —las imágenes permitieron ver que al menos tenía una raja en su base— la familia decidió conservarlo y trasladarlo así a Mingorrubio.

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