El lince ibérico alcanza un nuevo récord: 2.401 individuos censados
Las hembras reproductoras se cifraron en 470, cada vez más cerca de las 750 para que el lince esté en un estado de conservación favorable

La población de lince ibérico (Lynx pardinus) en España y Portugal alcanzó los 2.401 individuos censados en 2024, un nuevo registro máximo desde que se tienen datos precisos de seguimiento. Esta ha sido la principal conclusión del informe elaborado por el grupo de trabajo del lince ibérico y publicado este jueves, según ha informado el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).
La cifra ofrecida por el estudio supone un incremento del 19% de las poblaciones de linces entre 2023 y 2024, de acuerdo con los números obtenidos en los trabajos de campo desarrollados por los equipos de seguimiento de las comunidades autónomas y el Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques (ICNF) de Portugal. Para Transición Ecológica, esto “evidencia una tendencia demográfica positiva y continuada en los últimos 20 años de seguimiento y actuaciones conducentes a reducir su riesgo de extinción”.
La investigación destaca que la población de lince continúa expandiéndose, tanto numérica como territorialmente. Así, detalla que la tendencia de la población es “positiva y continua” desde 2015, lo que a juicio de los autores permite afianzar la reducción del riesgo de extinción del lince ibérico. Además, inciden en que ya son 17 las áreas geográficas distintas donde la especie se reproduce. La población ha pasado de menos de 100 ejemplares contabilizados en 2002 a más de 2.400 en 2024. En los últimos años el incremento es aún más destacable, puesto que en 2020 la población total era de 1.111 linces y cuatro años más tarde se han añadido casi 1.300 individuos más a la población ibérica, con una tasa de crecimiento anual del 29% en promedio.
España tiene el 85,3% de los linces ibéricos, es decir, un total de 2.047 individuos. Portugal, 354 individuos (14,7%). Un total de cuatro comunidades autónomas españolas albergan poblaciones estables de la especie: Castilla-La Mancha, Andalucía, Extremadura y Región de Murcia. De entre ellas, los grupos más numerosos están en Castilla-La Mancha --que acogió a 942 ejemplares, lo que supone el 46% de la población española del lince-- y en Andalucía --donde se registraron 836, lo que equivale al 40,8%. Mientras, en Extremadura se censaron 254 ejemplares y en la Región de Murcia, un total de 15.
De hecho, las tres principales áreas geográficas para el lince ibérico se encuentran en Sierra Morena, donde hay 1.082 individuos contabilizados. Allí hay núcleos de linces compartidos por las comunidades autónomas de Andalucía (638 ejemplares en los núcleos de Sierra Morena Oriental en Jaén y Córdoba, y 53 en áreas de conexión de Sierra Morena) y en Castilla-La Mancha (444 linces en las zonas varios núcleos de las provincias de Ciudad Real y Albacete).
CADA VEZ MÁS CERCA DE LAS 750 HEMBRAS REPRODUCTORAS
Del total de especímenes censado, 1.557 linces fueron adultos o subadultos que presentaron una distribución de sexos muy equilibrada (708 machos y 706 hembras que pudieron ser sexadas). En este sentido, el informe celebra que el número de hembras reproductoras o territoriales ascendió a 470 en 2024, 64 más que en 2023. “Esta cifra se acerca paulatinamente a las 750 hembras reproductoras que se considera como uno de los objetivos demográficos a alcanzar para considerar que el lince se encuentra en un estado de conservación favorable”, pone en valor el texto.
Además, el número de cachorros nacidos se incrementó hasta los 844 en 2024, con una tasa de fecundidad de 1,8 calculada como el número de cachorros nacidos entre el número de hembras territoriales. A pesar de todo esto, Transición Ecológica hace hincapié en que quedan varios “retos” para asegurar que el lince evita el riesgo de extinción. Así, incide en que las tasas de mortalidad no natural aún son relevantes y en que se detectaron 214 muertes de lince en 2024, de las que 162 (75,4%) fueron por atropello en infraestructuras viarias.
En opinión de MITECO, esto pone de manifiesto la importancia de avanzar en los trabajos de aplicación de la Estrategia de conservación del lince ibérico en España y Portugal y de la Estrategia Española de Infraestructura Verde y de Conectividad y Restauración Ecológicas para mejorar la “desfragmentación de hábitats” entre núcleos geográficos donde se asienta la especie en España.
Más allá de ello, el Ministerio indica que el aumento de la población del lince ibérico en España y Portugal “está convirtiéndose en uno de los mejores ejemplos de éxito de un programa de conservación de especies amenazadas” y achaca los buenos resultados a los “esfuerzos coordinados” de las administraciones públicas competentes, entidades sectoriales interesadas, propietarios y gestores de fincas privadas y sociedad en general, así como a la contribución financiera de de las administraciones españolas y portuguesas y de la Unión Europea (UE).