El clan Pujol impuso su “modus vivendi” en Cataluña
El clan de los Pujol, al frente del cual se situaban el expresidente catalán y su primogénito, impuso su ‘modus vivendi’ de corruptelas y negocios ilegales mediante la coacción a muchas personas a las que tuvieron atemorizadas durante años y no quisieron denunciar porque “estarían muertos civilmente” si lo hacían y “les sería imposible continuar con su modo de vida”. Así resumía la UDEF el sistema de sobornos que estableció la familia Pujol en Cataluña desde 1980, cuando Jordi Pujol accedió a la Presidencia de la Generalitat, hasta mucho después de que éste abandonara el cargo, pues para eso “fue introduciendo a su hijo Oriol, quien sucesivamente fue ganando cuota de poder” en las instituciones catalanas.
Y mientras Oriol Pujol ascendía en el plano político, la investigación acreditó el papel esencial del primogénito, Jordi Pujol Ferrusola, “en el desarrollo de un sistema espurio, la financiación de partidos políticos con capitales adulterados”. Y es que “sus propias cuentas en Andorra, alimentadas con comisiones ilícitas, sirvieron para financiar campañas electoras de CDC, que además en gran parte finalmente se pagaron con dinero procedente de empresas adjudicatarias de concursos públicos”.