Un Linares Deportivo mermado visita a un Real Murcia en racha

Dar un golpe de efecto ante un rival crecido como es el Real Murcia y en un estadio complicado, el Enrique Roca. Esa es la pretensión del Linares Deportivo después de su mal partido ante el San Fernando. El conjunto azulillo quiere dejar atrás esas malas sensaciones y romper así una mala dinámica en la que acumula dos jornadas sin ganar y solamente una victoria —2-1 ante el Ceuta— en los últimos cinco partidos. Un botín de cinco puntos de los últimos quince posibles que le han llevado a situarse en la mitad baja de la clasificación, por lo que una victoria ante el Real Murcia supondría un alivio de cara a los próximos partidos, siendo el más inminente el enfrentamiento de Copa del Rey, también en Murcia, pero en esta ocasión ante el UCAM Murcia en La Condomina del próximo miércoles (12:00 horas).

Hoy comienza un ciclo de tres partidos en ocho días, puesto que tras el partido copero el Linares Deportivo recibirá en Linarejos al Algeciras (20:00 horas). Un ciclo de partidos que puede suponer una merma para Óscar Fernández en cuanto a lesiones. El técnico azulillo tiene ya las bajas por sanción de Mawi Sánchez tras su roja directa ante el Alcoyano, mientras que el central Manolo Molina, uno de los fijos en la defensa, cumple ciclo de amarillas tras ser amonestado ante el San Fernando. Además, Fernández tiene las dudas hasta última hora, por molestias, de Samu Corral, Rafa Llorente y Javi Duarte, de modo que se presenta una oportunidad para otros jugadores que han tenido menos minutos como Tano Bonin o Teddy Campbell. El rival de esta tarde del Linares Deportivo, el Real Murcia, tiene una dinámica totalmente distinta a los azulillos, puesto que ha ganado los últimos dos partidos, pero tiene ante sí el reto de ganar dos encuentros de manera consecutiva ante su afición, algo que no logra desde el pasado diciembre. Por tanto, el Linares Deportivo debe enfrentarse a las bajas, a sí mismo y a un buen Real Murcia para sumar tres puntos que le reporten cierta tranquilidad y no mirar, con cierta preocupación, a los puestos de descenso.