Un gol de Dani Espejo tiñe el derbi de azulillo

El Linares remonta en la recta final del partido,
con el brasileño Pedro Beda como protagonista, a un Torreperogil que fue superior durante la primera parte

18 mar 2019 / 13:36 H.

Que el Linares Deportivo acabase celebrando el triunfo tras lo acontecido durante el primer tiempo en Torreperogil respondió, principalmente, a un juego en el segundo acto que no mostraba el equipo desde hace más de un mes. Un golazo de Espejo en el descuento sirvió para que los azulillos recuperen la senda del triunfo a costa de un Torreperogil que, hasta el descanso, había dominado por completo el partido. Los de Torres acudían a una cita especial para ellos, por el pasado minero de muchos componentes de la plantilla y cuerpo técnico, y con el bagaje de no caer derrotados en su feudo desde el pasado noviembre.

Así, desde el pitido inicial hasta el intermedio, el devenir del partido transcurrió en base a las reglas que el propio Torres había citado con su planteamiento. El fútbol torreño se estructura sobre tres premisas: intensidad y concentración en cada duelo individual, orden defensivo y juego directo. El Linares estuvo tremendamente incómodo en todo momento, pues aunque tuvo más la pelota que su rival, nunca lo hizo en zonas dañinas. Los tres centrales azulillos y Rodri nunca pudieron encontrar compañeros entre líneas y, tras cada robo, la espalda de la zaga azulilla era amenazada constantemente con los desmarques de Ángel y el desborde de Pocho. En este contexto el Torreperogil se siente como pez en el agua y a balón parado hizo el 1-0 a los veinte minutos de partido. Córner botado en corto hacia el segundo palo que Padilla peinó y Almansa mandó a las redes junto al palo.

El cuadro local encontró premio temprano a su planteamiento y supo defender el resultado a la perfección hasta el pitido intermedio, con una colocación en el campo que permitió ganar cada segunda jugada e impidió al Linares tejer ni una sola acción de peligro.

Sin embargo, el paso por vestuarios trajo alteraciones en las constantes vitales del partido. Si Torres había jugado con blancas y movido primero hasta el momento, la segunda mitad supuso nuevos movimientos de piezas. Arsenal retiró a Andoni para dar entrada a Álex Rubio y jugar con dos puntas arriba pero el míster local respondió con un paso a defensa de cinco. El doble nueve Rubio-Chendo permitió al Linares fijar a los centrales rivales y, unido a que el Torreperogil juntó a un jugador más por detrás del balón, desembocó en un escenario muy distinto. Los de Torres replegaron metros y ahí emergió, sobre todos, el nombre de Pedro Beda, el faro que dio luz a un ataque azulillo dormido hasta entonces. Moviéndose desde la mediapunta hasta la banda derecha, comenzó a tejer sociedades con todos sus compañeros y fue su fútbol el que reenganchó al Linares al encuentro. Acostado cerca del pico del área, sus regates, controles y pases generaron ventajas siempre y fue desde su figura desde la que el Linares pasó a dominar y a acercarse al área rival. La expulsión por agresión en el área de Almansa en el 72’ fue el paso definitivo hacia el dominio total minero, pues Rosales convirtió el penalti y el Linares se vació en busca del 1-2.

Volcado contra la portería de Pozo, dejó mucho espacio a su espalda y bailar al borde de la navaja cerca estuvo de salirle caro. A la contra pudo volver a marcar el Torreperogil pero entre Samu y el larguero lo evitaron. Y fue en el descuento como el Linares se reencontró con la victoria. En fondo y forma, la victoria llegó similar a cómo lo hizo en Huétor Tájar. Un zapatazo lejano de Dani Espejo se coló junto a la escuadra y sirvió para que, tras dos jornadas aciagas, los de Arsenal se reencuentren con el triunfo. Final cruel para un Torreperogil que lo hizo todo bien para ganar pero el torrente de fútbol de Pedro Beda y la suerte que, por momentos, también venía siendo esquiva al Linares sonrieron al cuadro visitante. Tras un mes con bajón claro en el juego, la segunda parte de ayer es la mejor noticia, ya que el equipo recuperó por momentos la identidad tan característica de su fútbol.