Un 10 que enamora a Linarejos

Isra se convierte en un jugador total con sus movimientos y definición

10 oct 2019 / 11:07 H.

La temporada pasada solo disputó 198 minutos, repartidos entre dos titularidades. En ese momento Juan Arsenal ya estaba ideando para Isra Cano un plan de dos fases. Consciente de todo el fútbol que tiene dentro, su primer año fue de aclimatación al grupo. Entrenaba con el primer equipo, iba entendiéndose con sus compañeros y, puntualmente, disputó minutos que le enseñaron las exigencias de la competición. Ahora, en su segundo curso, ha pasado de espectador a actor principal. Afianzado en el once como enganche, el canterano azulillo es la gran sensación. Isra, hasta la fecha, ha jugado principalmente en tres posiciones distintas. Dentro de ese permanente cambio de sistemas que el técnico minero realiza, el iliturgitano ha sido interior izquierdo en un 4-3-3, volante izquierdo en un 4-4-2 y mediapunta en un 4-2-3-1. Según el contexto de partido su puesto ha sido distinto, pero en todos ha respondido en pos a aquellas cualidades que le han elevado a la titularidad. Aunque también ha jugado más atrasado en el doble pivote, su mejor versión siempre se ha visto junto a Rodri y Fran Lara en el once, y no ocupando el rol de uno de ellos. Sus cualidades se explotan mucho más partiendo por delante de la pelota en lugar de detrás de ella. Para empezar a definir su juego puede decirse que Isra es, por encima de todo, dinamismo puro. No deja de moverse durante los noventa minutos pero no en sentido negativo, pues no se habla del tipo de jugador desordenado en su juego, sino del que no para de pedirla y ofrecerse. En fase ofensiva, el canterano azulillo siempre es una opción de pase para sus compañeros. Ya sea escorándose a la izquierda para recibir abierto o perfilado entre líneas para dañar por dentro, Isra destaca por su facilidad para mejorar el juego con sus movimientos. Además, si recibe encimado por un rival dispone del recurso del giro para controlar y, tirando de cintura y tren inferior, eliminar a su marca. Y es ahí, cuando entra en contacto con la pelota, cuando saca todo su repertorio. Posee técnica depurada para controlar y regatear; potencia y cuerpo para desbordar, conducir y aguantar el contacto con los defensas; y, además, está sumando finura en la definición. En fase defensiva está siendo fundamental a base de actitud y, sobre todo, aptitud. Es un auténtico sabueso en la presión. No solo no escatima un esfuerzo, lo cual ya le otorga impacto visual, sino que lo combina con una inteligencia insultante para su edad. Sabe cuándo ir a apretar o cuándo cerrar líneas de pase y, todo ello, lo hace con intensidad y capacidad para meter el cuerpo digna de elogio. Su centro de gravedad bajo y su potente tren inferior le permiten luchar cuerpo a cuerpo contra rivales más fuertes y birlarles el balón Isra ha llegado para quedarse y no parece tener intención alguna de dar marcha atrás.