Tributo a una persona inolvidable
Una marcha entre Jaén y Sevilla recuerda la figura del ciclista Manuel Arjona Muñoz



Manuel Arjona Muñoz siempre tenía una sonrisa en los labios. Era un hombre jovial, amable, amigo de sus amigos y honesto a carta cabal, como dicen en Brenes, municipio sevillano donde nació, en el que ejercía como policía local y donde residía junto con su esposa y sus dos hijos (Manuel y Triana). Pero si por algo era conocido Manuel era por su pasión por la bicicleta. Llevaba el ciclismo en las venas y lo practicó con devoción hasta aquel fatídico lunes 15 de diciembre de 2014, cuando un vehículo se cruzó en su camino mientras se entrenaba con su mejor amigo en la carretera A-460, entre Burguillos y Guillena. Ese maldito día, el ciclismo perdió no solo a un deportista de los pies a la cabeza, sino a una buena persona. La muerte de Manuel Arjona, de 42 años, supuso un mazazo en Brenes y en todo el mundo de la bicicleta, que no tardó en reaccionar con innumerables mensajes de apoyo a la familia y de recuerdo para un ciclista que dejó huella imborrable. No es extraño que, un año y medio después de su fallecimiento, nadie se olvide de él, sobre todo el jiennense Juan Quesada, quien decidió que la mejor manera de que su recuerdo nunca se perdiera era crear un memorial con el nombre de su cuñado, con el que compartía el cariño por la bicicleta. Porque la figura de Manuel Arjona sigue viva en cada pedalada, en esas marchas interminables en las que emulaba a sus ídolos y en las que dejaba su impronta bonachona. Su mano siempre estaba tendida. Se ofrecía para llenar los bidones, para recoger la pieza que faltaba o para solucionar un pinchazo en plena subida. Juan Quesada (a quien por error se confundió con Manuel Arjona en la edición impresa del viernes) consiguió reunir a cuarenta y tres ciclistas para recorrer los 253 kilómetros que separa Jaén de Sevilla para rendir un merecido homenaje a Manuel Arjona, en la segunda edición del tributo. Fue una marcha espectacular y se celebró en un ambiente de camaradería, como el protagonista de la cita hubiera querido. La segunda edición del memorial fue un rotundo éxito de participación (asistieron veintiocho ciclistas más que el primer año) y el mejor reconocimiento a Manuel Arjona y a su familia. La marcha acabó en la Plaza de España de Sevilla, pero antes hubo un alto en el camino, en Brenes, donde los participantes fueron recibidos por el alcalde del municipio, Marcelino Contreras, y sus concejales. Juan Quesada y Purificación Arjona —hermana del fallecido— leyeron sendos manifiestos y recibieron una placa en reconocimiento por el memorial y el esfuerzo realizado. La cita también fue especial para el organizador. Juan Quesada se despedía, de manera indefinida, del ciclismo, después de una vida vinculada a la bicicleta. Su objetivo es consolidar la marcha en memoria de su cuñado para que crezca cada año.