Tradición del tenis de mesa

13 ene 2020 / 17:24 H.
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La introducción en este deporte, sobre todo en edades tempranas, es complicada, por lo que hay que buscar en el joven deportista la mejor fórmula de enganche, con nociones básicas como las de coger la pala o la colocación ante la mesa. Al principio la evolución es buena y los entrenamientos suelen ser muy gratificantes, pudiéndose pasar a un periodo algo frustrante, al no crecer la progresión como se quisiera.

Alberto García que ha sido entrenador y jugador del CTM Jaén desde las categorías inferiores, reconoce que “hay que jugar con los niños y no dejar nunca de inventar nuevos entretenimientos para el desarrollo de la coordinación en sus acciones”.

Con el entrenamiento continuo se adquiere una buena técnica “ya que con ella se ayuda a la mente para que un chico de 12 años pueda superar a un adulto de 35, aunque también le enseña a saber perder, por lo que la humildad está también presente”, afirmó García.

Es un deporte donde la mente puede ser la mejor de tus aliados o el peor de tus enemigos, siendo la autodeterminación un factor muy importante, destacando García que “la exigencia mental es muy alta, y la concentración extrema aparece en la vida cotidiana, en los estudios y en la propia actitud”, hasta el punto que una vez que empatizas “tratas a los jugadores como a tus propios hijos, sus victorias son las tuyas y en sus caídas eres su principal apoyo”.

Con este deporte se extrapola, en muchos casos, la competición al sentido educativo-recreativo para formar a la persona en ámbitos afectivos, cognitivos y sociales, El linarense Carlos Caballero es, a sus 22 años, un autentico portento en la práctica de este deporte. Antes de formar parte del CTM Linares, dio sus primeros pasos en una mesa de su casa junto a su padre y hermano. Tiene importantes títulos en su palmarés, incluso campeonatos de Europa y, actualmente, es jugador de la Universidad de Burgos en Superdivisión Nacional. Caballero, considera que con el tenis de mesa ha adquirido valores como el compañerismo, no solo con gente de su edad, sino con mayores, refiriendo que “a nivel personal me ha hecho ser constante, tener responsabilidades y saber compaginar el deporte con mis estudios de periodismo”.

El sacrificio es otro de los valores que le ha aportado, pues además de estudiar, saca tiempo para entrenar siete horas al día, seis días a la semana, con físico y trabajo en mesa, sin olvidar las horas de fisio, nutricionistas, psicólogos y para visionar partidos y entrenamientos para visualizar los errores. Es por ello, según Caballero, que “si quieres llegar lejos, hay que trabajar mucho y privarte de muchas cosas propias de tu edad, aún sabiendo que el éxito no llega siempre”.

Otros valores adquiridos son “ser competitivo, tomarte en serio las cosas y respeto a los rivales, mucho más si tienen alguna discapacidad”. Al salir de casa muy joven para vivir en Madrid y Suecia, la madurez fue otro gran valor que adquirió “al aprender otra forma de vida, otros idiomas, el comportamiento en países con distinta cultura, y, cómo no, a perder el miedo de abandonar el hábitat de confort para ir solo a lugares desconocidos a competir y vivir”.

En Jaén, hace unos años, para promocionar y desarrollar los criterios de igualdad e inclusión y potenciar la presencia de la mujer en este deporte, nació el club Hujase. Se trabaja en proyectos de iniciación y continuidad con los que se intenta dar respuesta a la inquietud y necesidad de sus miembros, por mejorar su formación deportiva, dar a conocer el tenis de mesa, despertar el potencial deportivo de los jugadores, y para intentar abrir vías, métodos o procedimientos que compatibilicen el binomio inclusión-deporte.

Su presidente, Alfonso Alejo ha referido que “creemos en el deporte como actividad inclusiva y socializadora; mantenemos un proyecto de formación deportiva para los niños, adolescentes y jóvenes con o sin discapacidad física o intelectual”. En su Escuela Deportiva para personas con distintas capacidades, se posibilita el desarrollo de sus actitudes y destrezas, y su integración en el seno de un equipo”.  

En esta entidad la palabra inclusión forma parte de su ADN, hasta el punto que personas discapacitadas practican este deporte de forma conjunta y participan activamente, disfrutando y creciendo. Así su presidente refiere que “buscamos mejorar su coordinación general, la postura corporal, el desarrollo de la orientación espacial, la fuerza, su resistencia, flexibilidad, tono muscular y, cómo no, su propia autoestima y autonomía personal”.

En Cuaderno de Valores, también se ha pulsado la opinión de una gran entrenadora-educadora, la rumana Iulia Caragea, que estuvo en el CTM Jaén y la Escuela Municipal entre los años 1999-2012. Ahora trabaja en Constanta (Rumanía) en uno de los mejores clubes del país. Caragea ha destacado como verdaderos valores y beneficios del tenis de mesa que “es un deporte excelente, tanto para la mente como para el cuerpo, que se desarrolla armónicamente sin deformarse, al combinarse la agilidad para responder a los golpes del oponente, con la rapidez de organizar su propia estrategia”. Pero hay más, para Iulia Caragea, “la concentración, el estado de alerta, la estimulación del funcionamiento cerebral, el desarrollo del pensamiento, sin olvidarnos de que es un buen medio de crear un extraordinario ambiente social”.

En la provincia hay diversos clubes, pero destaca el RCTM Linares, no solo en el aspecto competitivo con éxitos en campeonatos nacionales e internaciones femeninos, sino en el compromiso, la dedicación, el esfuerzo, la solidaridad y la constancia que se ponen en práctica día a día, en el club que preside Esteban Rodríguez Peralto.

Tradición del tenis de mesa

El tenis de Mesa es un deporte que se creó en Inglaterra hacia el año 1870 como una derivación del tenis y fue considerado deporte Olímpico en los Juegos de Seúl de 1988. Por la evolución que ha tenido, lejos quedan aquellas partidos que tenían lugar en salones de juego con las que muchos jóvenes practicaban esta actividad. Popularmente se denominaba ping-pong, por el sonido que se producía al chocar la pequeña pelota de plástico con la raqueta de madera con goma y la mesa.

En el mundo hay más de 30 millones de jugadores federados y está catalogado como un deporte que mejora, entre otros aspectos, la concentración, agilidad, capacidad de reacción, coordinación óculo-manual y memoria.

En Jaén, durante muchos años hasta que falleció de forma prematura, Antonio Maza Molina, fue un gran impulsor, un luchador incansable en la promoción y defensa de esta actividad en la capital. Para hacerla visible se preocupó de organizar trofeos, en los que grandes jugadores mundiales llegaron a nuestra capital y, además, llevó a cabo continuas reivindicaciones en lucha con el poder político para que los practicantes tuvieran unas instalaciones dignas.

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