Títulos e intensas polémicas
El mandato de Bartomeu empezó con el triplete de 2015 y acabó con muchos problemas
El mandato de Josep María Bartomeu, el presidente número 40 en la historia del FC Barcelona, llegó el pasado 27 de octubre a su final con la dimisión en bloque de su Junta Directiva, un mal que le convierte en presidente interino, primero, elegido, después, y finalmente dimitido y con un legado de títulos y turbulencias a partes iguales, con más peso al final de las sombras que de las luces.
Empresario del ramo de las infraestructuras, llegó al FC Barcelona como directivo de Joan Laporta, en 2003. Dimitió para irse de la mano de Sandro Rosell, de quien sería vicepresidente entre 2010, tras arrasar en los comicios, y 2014, cuando Rosell dimitió por el caso Neymar. Desde entonces, y hasta su propia dimisión seis años después, Bartomeu ha sido presidente, con tintes totalitarios.
En las elecciones de julio de 2015, se presentó contra de Laporta, Freixa y Benedito, con el caballo ganador del triplete ganado por el equipo de fútbol y el tridente, formado por Leo Messi, Neymar y Luis Suárez. Pero se marcha, en 2020, sin títulos ganados, sin dos piezas de ese tridente y salvando por los pelos la continuidad de Messi. Un periodo que, para bien o para mal, será recordado durante mucho tiempo entre los aficionados del FC Barcelona.
TRIPLETE Y TRIDENTE. Sin duda, su lema le hizo ganador. Se sirvió del triplete culminado con la Champions de Berlín y del tridente ofensivo para ganar los comicios de 2015. Posteriormente, Bartomeu presentó su gran proyecto: el Espai Barça. Pasó de costar 600 millones de euros a 815 y a depender de la inversión de Goldman Sachs, fondo de inversión que recibiría en retorno hasta 1.250. Muchos precandidatos son contrarios a esta inversión, y podría modificar o hasta cancelar un Espai Barça que debía reconstruir por completo el Camp Nou el nuevo Palau Blaugrana y, lo único ya hecho realidad; el Estadi Johan Cruyff en la Ciutat Esportiva Joan Gamper. Por otro lado, la Junta de Bartomeu iba camino de cumplir, impedido por la pandemia, con la promesa de llegar a los 1.000 millones de euros de ingresos por temporada.
CASO MESSI. Sin duda, el caso que más infartos pudo provocar en el socio blaugrana. Leo Messi quiso irse por hartazgo de la deriva deportiva del club bajo el faro de Bartomeu. El argentino se quedó a regañadientes para no ir a juicio contra su Barça, y Bartomeu hizo bandera de su gestión para evitar perder al “10”. Anteriormente, a raíz del fichaje de Neymar, el club aceptó un pacto con la Fiscalía y la Abogacía del Estado para aceptar dos delitos fiscales, dejando al club como procesado y con antecedentes, con una multa de 5,5 millones de euros. Bartomeu, exculpado.
RIDÍCULOS EUROPEOS. Sin duda, a Bartomeu le ha faltado añadir una Liga de Campeones a su legado. Ganó la de 2015, sí, pero siendo presidente en funciones. Tras ganar los comicios, el paso de su Barça por Europa será recordado por grandes fracasos, con remontadas adversas, como las de Roma y Liverpool, y el escandaloso 2-8 en contra ante el Bayern de Múnich en la pasada edición exprés, disputada en Lisboa.
Esta última derrota ya venía salpicada por el “Barçagate”, tal y como se conoce caso de las redes sociales. El club contrató a una empresa para hacer un control de las redes, pero dicha empresa se dedicó a atacar a expresidentes, como Laporta, rivales electorales de Bartomeu, como Víctor Font, y hasta a jugadores, como Messi o Piqué, quien criticó duramente que el club invirtiera dinero en criticar a sus jugadores. Se pagó un millón de euros por ello.
Todo estos asuntos ensombrecen un palmarés memorable: 1 Liga de Campeones, 1 Supercopa de Europa, 1 Mundial de Clubes, 2 Supercopas de España, 4 Copas del Rey y 4 Ligas. Trofeos que crecen exponencialmente con los de las secciones deportivas. Y también una semilla de futuro e ilusión: Ansu Fati y Pedri.